Argentina: Famatina, donde el agua vale más que el oro

(IPS) – Miles de vecinos se movilizan en la noroccidental provincia argentina de La Rioja para impedir la explotación de una mina de oro a cielo abierto en el cerro nevado de Famatina, exclusivo proveedor natural de agua potable en una zona semidesértica.

La Rioja “es una provincia seca y tenemos agua pura para vivir, pero no para compartir con los mineros”, aclaró a IPS el vecino Héctor Artuso, de la pequeña localidad de Villa Pituil, en el departamento de Famatina, que participa de la protesta.

Habitantes de este departamento y del aledaño Chilecito mantienen parcialmente interrumpido el paso en el puesto Alto Carrizal, ubicado a 4.000 metros sobre el nivel del mar, en un camino de ripio hacia este cordón montañoso que tiene su punto culminante en el cerro General Belgrano, más conocido como Nevado de Famatina, que tiene 6.250 metros de altura.

Allí se erige como monumento histórico “La Mejicana”, un yacimiento mineral del siglo XIX y un cablecarril de 35 kilómetros de largo construido en 1905 por una firma británica para extraer oro y otros metales de Famatina y exportarlos.

En ese momento la explotación era en socavones, pero hoy los proyectos requieren de grandes explosiones, un uso intensivo de agua y el lavado de la roca con cianuro para extraer el mineral, por eso los pobladores se oponen.

El bloqueo, que se mantiene día y noche en el puesto Alto Carrizal, es selectivo. Pueden pasar vecinos y turistas. Pero cierran el acceso a funcionarios provinciales y a miembros de la empresa canadiense autorizada por el gobierno a explotar el cerro.

Los vecinos cuentan con el respaldo de organizaciones ambientalistas como Fundación Ambiente y Recursos Naturales, la organización internacional Greenpeace y Los Verdes, que en estos días alertaron sobre amenazas y persecución a los activistas. También se suman cada día los apoyos de partidos políticos de la oposición y artistas destacados.

El conflicto surgió en octubre, cuando los vecinos se enteraron que la empresa Energía y Minerales Sociedad del Estado (EMSE), de la provincia de La Rioja, había firmado un convenio con la canadiense Osisko Mining Corporation para explotar el nevado Famatina.

El acuerdo nunca fue dado a conocer públicamente. Tampoco se convocó a audiencias ni se realizaron estudios de impacto ambiental como marca la ley general de Ambiente. Ni siquiera las autoridades de Famatina fueron convocadas a participar del convenio.

De hecho, el intendente (gobierno local) Ismael Bordagaray, también está a favor del reclamo de los vecinos y participa de las manifestaciones de rechazo a la minera. “Básicamente porque tengo que acompañar la postura mayoritario de mi comunidad”, explicó a IPS.

Pero, además, el alcalde dijo estar preocupado como ciudadano. “Comparto los temores e inquietudes que se plantean por los riesgos de contaminación, el uso indiscriminado de agua, y la falta de controles de este tipo de proyectos”, precisó.

Bordagaray contó que conoció el convenio, que es muy vago en sus términos, y no sabe porqué no se difunde. A él se lo hizo llegar la empresa Osisko, no el gobierno provincial que es de su misma agrupación política, el Frente para la Victoria, el mayoritario sector centroizquierdista del Partido Justicialista que lidera la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.

El gobernador provincial, Jorge Beder Herrera, tiene un discurso muy cambiante respecto de la minería. Durante la campaña electoral de 2011 estuvo en contra, pero luego de ganar dio a conocer el convenio firmado con la minera.

Ahora, y pese al contundente rechazo, el director de la empresa provincial EMSE, Héctor Durán Sabas, dijo que el proyecto avanzará “porque es una decisión del Estado, una política pública”.

En Argentina, los recursos naturales pertenecen a cada provincia y el Estado Nacional solo cumple el papel de regulador mediante leyes que establecen los presupuestos mínimos sobre los cuales se erige la legislación específica dispuesta por cada distrito.

Héctor Artuso, quien habita en la localidad de Villa Pituil, explicó por qué se oponen. “No somos ambientalistas ni antimineros sino vecinos que rechazamos el modelo de explotación extranjera de los recursos naturales utilizando cianuro y grandes cantidades de agua”.

“La población está muy conciente porque ya tenemos experiencia en esto”, añadió, para luego recordar que, en 2006, la resistencia de los habitantes de esa región frenó un proyecto similar de la minera canadiense Barrick Gold Corporation y más adelante otro de una firma china.

Muchos de los vecinos que hoy participan de estas movilizaciones son los mismos que protagonizaron los actos, marchas y bloqueos de camino desde aquel año, y las razones son siempre las mismas: el temor a la contaminación del agua.

No obstante, también hay grupos captados por las mineras que dicen defender el proyecto. “Lo peor de esto es la contaminación social, porque provocan una división atroz en estas comunidades pequeñas”, reflexionó Artuso.

El vecino remarcó que, si bien esta área de La Rioja tiene mucho para mejorar a nivel productivo, es importante destacar que de allí provienen uvas y vinos de calidad destinados a la exportación, “las mejores nueces del país” y también olivas, duraznos, damascos, ciruelas, higos y membrillos.

“Tenemos también un potencial enorme para explotar el turismo en los cerros, y esa sería una actividad sustentable que puede prolongarse en el tiempo, no como la minería que vienen 10 o 20 años, contaminan y se van”, alertó.

Además de la interrupción del paso hacia el cerro, que ya logró marchas y actos de apoyo en ocho provincias del país y en Buenos Aires, los vecinos realizaron el lunes 16 una gran caravana desde la ciudad de Famatina hasta el puesto de bloqueo.

En Famatina viven unas 6.400 personas y en la movilización del lunes participaron más de 4.000 provenientes de ese departamento y de Chilecito, que también se provee del agua producida por los glaciares y nieves eternas del cerro.

IPS habló por teléfono con Carina Díaz Moreno, una maestra de Famatina que ya tiene dos procesos legales en su contra por resistirse a los grandes proyectos mineros en su provincia. Venía de pasar la noche en el corte de Alto Carrizal.

“Nos vamos rotando y vamos a seguir allí hasta que el gobierno y la empresa desistan de este convenio”, afirmó Díaz, quienes es una de las personas identificadas por la empresa como principales activistas, según una lista encontrada por casualidad en una carpeta olvidada en un edificio público donde empresarios y funcionarios se habían reunido a fines de año para hablar del proyecto.

Cuando un vecino dio el alerta de esa cita, el sacerdote católico Omar Quintero, que apoya el reclamo, hizo sonar las campanas de su parroquia en Famatina, y unos 200 vecinos acudieron a repudiar a los reunidos.

“Empezamos a cantar que el Famatina no se toca y otras consignas y se fueron apurados. Por eso se olvidaron esa carpeta y vimos la lista”, contó Díaz.

Allí aparecen activistas con sus datos personales y al lado de cada uno aparece lo que, según la firma, sería lo que buscan: “resarcimiento económico”, “popularidad” o “cargos públicos”, según el caso.

Otra de las vecinas activistas, Jenny Luján, dijo a IPS que “dialogar con ellos significa negociar si habrá mas o menos contaminación, más o menos beneficios a la comunidad, y eso no nos interesa”.

“Sabemos que en el Famatina hay oro, tierras raras y otros minerales, pero la decisión está tomada. No nos vamos a mover del corte de Alto Carrizal, nos tendrán que sacar por la fuerza”, advirtió Luján.