Militares estadounidenses bajan a Paraguay

Mientras viajaba a dedo a través Paraguay años atrás, conocí a unos amistosos granjeros que me dejaron acampar en su jardín trasero. Eventualmente llegué a la  Ciudad del Este, conocida por su mercado negro y fronteras débiles. Ahora la ciudad y los granjeros que conocí están atrapados en el cruce de fuego de la "guerra de terror" de los militares estadounidenses.

El 26 de mayo, 2005,  el Senado paraguayo permitió entrenar a su contraparte paraguaya hasta diciembre 2006, fecha en la cual el Senado de Paraguay puede votar para extender la estadía de las topas. Los Estados Unidos han amenazado con retirar millones de la ayuda al país si Paraguay no garantizaba la entrada de las tropas al país. En Julio 2005 cientos de soldados estadounidenses llegaron con aviones, armas y municiones. Los fondos de Washington contra el terrorismo en Paraguay se duplicaron rápidamente, y las protestas contra la presencia de los militares llegaron a las calles.

Algunos activistas, analistas militares y políticos de la región creen que las operaciones podrían ser parte de un plan para derrocar el gobierno de tendencia izquierdista de Evo Morales en el país vecino Bolivia y tomar el control de las vastas reservas de gas y agua del área. Los reportes de Derechos Humanos de Paraguay sugieren que la presencia de los militares estadounidenses está, como mínimo, realzando las tensiones en el país.  

Soja y Granjeros sin Tierra.

Paraguay es el cuarto productor más grande en el mundo de soja. En vista de la expansión de la industria, un estimado de  90,000 familias pobres ha sido forzado a evacuar sus tierras. Los campesinos han organizado protestas, barricadas en los caminos y ocupación de tierras contra los desplazamientos y han enfrentado la subsiguiente represión por parte de las fuerzas militares y paramilitares. Según el Grupo de Reflexión Rural (GRR), una organización argentina que documenta la violencia contra los granjeros, en junio 24, 2005 en Tekojoja, Paraguay, contrataron policías y los productores de soja sacaron a 270 personas de sus tierras, quemaron cincuenta y cuatro hogares, arrestaron 130 personas y mataron a 2. 

El caso más reciente de este tipo de violencia es la muerte de Serapio Villasboa Cabrera, un miembro del Movimiento Campesino Paraguayo, cuyo cuerpo fue encontrado con varias heridas de puñal el 8 de mayo. Cabrera era el hermano de Petrona Villasboa, quien estaba llevando a cabo una investigación sobre la muerte de su hijo, quien murió por causa de exposición a químicos tóxicos usados por productores de soja transgénica. De acuerdo con el Servicio, Paz y Justicia (Serpaj), un grupo internacional de derechos humanos que tiene sus instalaciones en Paraguay, un método utilizado para obligar a los campesinos a abandonar sus tierras es rociando pesticidas tóxicos al rededor de las comunidades hasta que las enfermedades obligan a los habitantes a dejar el sitio.

GRR dijo Cabrera fue asesinado por paramilitares relacionados con grandes propietarios de tierras y productores de soja, quienes están expandiendo sus propiedades. Los paramilitares persiguen a los líderes de las granjas quienes se están organizando contra la ocupación de sus tierras. Investigaciones realizadas por Serpaj demuestran que los peores casos de represión contra los granjeros han tenido lugar en áreas donde la concentración de tropas estadounidenses es más alta. Serpaj informó que en el departamento de San Pedro, donde cinco operaciones militares de los Estados Unidos tuvieron lugar, ha habido dieciocho muertes de granjeros por represión, en un área con varias organizaciones de granjeros. En el departamento de Concepción ha habido once muertes y tres operaciones militares estadounidenses. Cerca de la Frontera Triple, donde Paraguay, Brasil y Argentina se encuentran, hubo doce muertes y tres operaciones.

"El ejército estadounidense está aconsejando a la policía y a los militares en cuanto a cómo manejar estos grupos de granjeros…. Está enseñándoles tanto habilidades teóricas como prácticas a la policía y a los militares paraguayos. Esta nueva forma de combate han sido utilizados internamente," Orlando Castillo de Serpaj me dijo en el teléfono. "Las tropas estadounidenses hablan con los granjeros y así llegan a conocer a sus líderes y grupos y organizaciones trabajan ahí, después establecen los planes y acciones para controlar los movimientos de los granjeros y aconsejar a los militares y a la policía paraguaya en cómo proceder…. Las cifras de nuestro estudio muestran lo que esta presencia estadounidense está haciendo. Las tropas estadounidenses forman parte de un plan para reprimir el movimiento social en Paraguay. Mucha represión se ha dado en el nombre de la seguridad y en contra del ´terrorismo.´ ´´

 Tomás Palau, un sociólogo Paraguayo en BASE-IS, un instituto de investigación social paraguayo, y el editor de un libro reciente sobre la militarización de Latino América, dijo, "Los E.U dirigen entrenamiento y clases para las tropas paraguayas. Estas clases son dirigidas por norteamericanos, quienes responden al Comando Sureño, la rama de los militares estadounidenses para Sudamérica. "

Como Castillo, Palau dijo que hay una asociación entre la presencia de los militares estadounidenses y la creciente violencia contra los campesinos. "Están dando clases de contrainsurgencia, preparando a las tropas paraguayas para pelear contra los enemigos internos," me dijo. Dijo que el trabajo conjunto en operaciones entre las tropas de los E.U y las paraguayas es de conocimiento público. "Toda la prensa paraguaya habla del tema."

La Embajada de los Estados Unidos en Asunción niega todo alegato de que la fuerza militar estadounidense esté relacionada con la creciente represión contra los campesinos y grupos de protesta, ya sea a través de operaciones o instrucción. En un e-mail de respuesta de los cargos, Bruce Kleiner de la Oficina de Asuntos Públicos de la Embajada escribe que "el ejército estadounidense no está monitoreando los grupos de protesta en Paraguay" y que "el personal del ejército estadounidense y las fuerzas armadas paraguayas se han entrenado juntos durante las operaciones de preparación médica (MEDRETE) para proveer servicio humanitario a algunos de los ciudadanos paraguayos más desaventajados." Sin embargo, el portavoz del parlamento paraguayo, el diputado Alejandro Velásquez Ugarte, dijo que de las trece operaciones que se están realizando en país, solo dos son de naturaleza civil.

Según BASE-IS, oficiales paraguayos han usado recientemente la amenaza del terrorismo para justificar su agresión contra los líderes campesinos. Un grupo, la Organización Campesina del Norte, ha sido acusado de recibir instrucciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el movimiento guerrillero derechista más grande de ese país. Las FARC han sido igualmente acusadas de operar en secreto en el secuestro y asesinato de la hija del antiguo presidente paraguayo Raúl Cubas Grau el año pasado. El informe del 23 de junio del servicio de noticias chino Xinhua dijo que el Ministro de Defensa colombiano, Camilo Ospina, habló con el Fiscal General del Estado, Rubén Candia, sobre la presencia delas FARC en Paraguay. Ospina dijo que las FARC estaban dando consultoría a grupos criminales organizados y "dando consejos criminales sobre explosivos" en Paraguay.

En relación con la conexión de las FARC en Paraguay, Paul Wolf, un abogado internacional en Washington que ha estudiado al grupo de cerca y escrito sobre él, dijo, "Puesto que el gobierno colombiano no ha mostrado ninguna evidencia o dado ningún nombre, esto sólo puede ser considerado como propaganda de guerra." El relacionar los grupos paraguayos campesinos con las FARC no es nada nuevo, particularmente después de la muerte de la hija de Cuba. Sin embargo, en una entrevista con el diario paraguayo La Nación, el Obispo de Concepción, Zacarías Ortiz Rolon, dijo, "En cuanto al hecho de que el interés oficial haga creer que existe un grupo guerrillero y que éste está siendo alimentado por las FARC colombianas, eso me suena un poco sospechoso."  

La Asociación de Granjeros del Alto Paraná (ASAGRAPA), un grupo campesino cerca de la Triple Frontera, informó que un político local ofreció a uno de los líderes de la organización el equivalente a un mes de sueldo, a cambio de lo cual dicho miembro del ASAGRAPA debería anunciar que otros líderes de la organización estaban formando un grupo terrorista y recibiendo entrenamiento de las FARC. Los informes del BASE-IS sugieren que este tipo de soborno y desinformación es parte de un esfuerzo por garantizar "la seguridad nacional de los Estados Unidos" y "justificar, continuar y expandir la presencia militar norteamericana."  

"Todas esta actividades coinciden con la presencia de las tropas estadounidenses," explicó Palau sobre la violencia contra los granjeros. "La CIA y el FBI también están trabajando aquí. Es probable que estén generando estos planes para fabricar mentiras sobre las actividades de la guerrilla y del terrorismo. Necesitan encontrar terroristas para usar esto como una excusa para la militarización." El pasado Octubre, el medio e comunicación cubano Prensa Latina informó que el director del FBI Robert Mueller había llegado a Paraguay para "revisar los preparativos de la instalación de una oficina permanente del FBI en Asunción… para cooperar con las organizaciones de seguridad para la lucha contra el crimen internacional, tráfico de drogas y secuestros."

El periodista Hugo Olázar del diario argentino Clarín informó en septiembre pasado que las tropas estadounidenses estaban operando desde una base aérea en Mariscal Estigarribia, Paraguay. Él visitó la base el año pasado y dijo que tenía una torre de control de tráfico aéreo, un campamento militar y que era capaz de manejar grandes aviones. Si bien los Estados Unidos niega que esté operando en la base, utilizó la misma retórica cuando se discutió al principio sobre sus acciones en Manta, Ecuador, que es actualmente el hogar de una base militar estadounidense de $80 millones La base allí fue inicialmente descrita en 1999 como una "sucia franja" y arcaica, usada únicamente para monitoreo climático. Días después, el Pentágono dijo que sería utilizada para misiones relacionadas con la seguridad.  

Otros indicadores de que el ejército estadounidense pueda estar asentándose en Paraguay vienen del gobierno de derecha paraguayo. El actual presidente Nicanor Duarte Frutos es miembro del partido Colorado, el cual ha dirigido el país por más de cincuenta años. Fue este partido el que estableció la dictadura de Alfredo Stroessner que duró treinta y cinco años en el país. Poco después de su elección en 2003, Duarte fue el primer residente paraguayo en ser recibido en la Casa Blanca. En agosto pasado, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld voló hacia Paraguay. Poco después, Dick Cheney se reunió con el vicepresidente paraguayo.

El año pasado, el nombrado Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel comentó sobre la situación en Paraguay, "Una vez que los Estados Unidos llegue, le tomará mucho tiempo irse. Y eso realmente me asusta".

Papel de fumar y Viagra Falsificados

Washington ha justificado la presencia de su ejército en Paraguay al declarar que el área de la Frontera Triple en la Ciudad del Este en una base para los fondos de los terrositas islamistas. En un informe de prensa de Associated Press del 3 de junio, 2006, oficiales de la Western intelligence, hablando animosamente, alegaron que si Irán es acorralado por los Estados Unidos, esto podría dirigir la red internacional del grupo sihita libanés Hezbollah para colaborar en ataques terroristas. El Departamento de Justicia ha acusado a diecinueve personas este año de enviar los beneficios de la venta de papel de fumar y Viagra falsificados a Hezbollah. "Amplias operaciones han sido descubiertas en América del Sur," declara el artículo de AP, "donde Hezbollah está bien relacionado con el tráfico de drogas, particularmente en la región donde Argentina, Brasil y Paraguay se encuentran."

Otras alegaciones sobre las redes terroristas acusadas de estar operando en la región de la Triple Frontera incluyen un póster de las Cataratas del Iguazú, un destino turístico cerca de la Ciudad del Este, descubierto por las tropas estadounidenses en la pared del cuartel de operaciones de Kabul, Afganistán, poco después del 9/11. A parte de esto, sin embargo, el Comando del Sur estadounidense y el Departamento de Estado informan que no existe ninguna "información creíble" que confirme que las células terroristas estén planeando atacar a Latinoamérica."

Luiz Moniz Bandeira, quien dirige una cátedra de historia en la Universidad de Brasilia y escribe sobre las relaciones entre los E.U y Brasil, fue mencionado en el Washington Times con su cita: "No descartaría la hipótesis de que los agentes estadounidenses plantan historias en la prensa sobre los terroristas Árabes en la Triple Frontera para provocar terrorismo y justificar la presencia de su ejército."

A lo largo e la Guerra fría, el gobierno de los E.U utilizó la amenaza del comunismo como una excusa para sus aventuras militares en América Latina. Ahora, en vista de que líderes como Evo Morales de Bolivia y Hugo Chavez de Venezuela se mueven más lejos de la esfera de los intereses de Washington, los Estados Unidos está usando otro "ismo" como una coartada para la presencia de su ejército. Como Grag Grandin lo señaló en su artículo " The Wide War," originalmente publicado en TomDispatch.com, el Pentágono tiene ahora más recursos y dinero dirigidos hacia Latinoamérica que el Departamento de Estado, Agricultura, Comercio y Hacienda combinados. Ates del 9/11 la ayuda anual del ejército estadounidense a la región era de alrededor de $400 millones. Ahora es de $1 billón. La mayoría de este dinero es destinado al entrenamiento de las tropas.

Hacer disparatadas alegaciones de que los granjeros paraguayos son terroristas es una manera de justificar el creciente gasto y la presencia militar en la región. "El gobierno de los E.U está mintiendo sobre el tema de los fondos terroristas en la Triple Frontera, así como lo hizo sobre las armas de destrucción masiva en Irak," dijo, exasperado, Castillo de Serpaj. Efectivamente, los mercados de las calles por los que caminé en la Ciudad del Este, y los granjeros que encontré a lo largo del camino, parecían significar para los E.U, una amenaza igual de fuerte que un disco pirateado de Tom Petty o una botella de whiskey falsificado.

This article was first printed in The Nation: http://www.thenation.com/doc/20060717/dangl

Benjamin Dangl is the editor of Upside Down World, an online magazine uncovering activism and politics in Latin America, and Toward Freedom, a progressive perspective on world events. He is the author of The Price of Fire: Resource Wars and Social Movements in Bolivia, forthcoming from AK Press in March 2007, and a recipient of a 2007 Project Censored Award for his coverage of US military operations in Paraguay.

Email ben(at)upsidedownworld.org