“Nuestra Lucha No Tiene Fronteras” La Caravana 43 de Ayotzinapa Circula Por Sudamerica

 

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La Caravana 43 ha emergido como una estrategia para circular la lucha, interrumpir la desinformación y crear un contexto para una reflexión más profunda sobre cómo la violencia y la represión se ha vuelto sistemático en el país, y también en otras partes del mundo. La Caravana 43 ha recorrido los Estados Unidos, Canadá y varios países de Europa, y en su recorrido más reciente pasó por Argentina, Uruguay y Brasil. En cada una de sus apariciones, comienzan por situar su lucha para encontrar los 43 estudiantes desaparecidos forzadamente en el contexto de un esfuerzo sistemático en México por normalizar la violencia contra personas indígenas, campesinos, activistas políticos y, desde luego, estudiantes. Comparten su palabra con la esperanza de que la gente escuche, y apoye las luchas que actualmente están en progreso en México.

En América Latina, la Caravana 43 es particularmente significativa debido a la historia similar de la región en cuanto a la violencia estatal, la represión y las desapariciones forzadas. Durante la Guerra Sucia de Argentina, miles de supuestos disidentes políticos fueron ilegalmente llevados, detenidos, torturados y en muchas ocasiones matados en centros clandestinos de detención. Mujeres que se conocieron durante la búsqueda de sus hijos y hijas perdidos formaron el grupo Madres de la Plaza de Mayo. En Uruguay, miles de personas se reúnen una vez al año en la Marcha del Silencio para conmemorar a los que la dictadura del país desapareció. En ambos casos, y también en otros países latinoamericanos, existen documentos que detallan la complicidad de los Estados Unidos en la Operación Cóndor, que fue una campaña coordinada dirigida por varios gobiernos latinoamericanos para tomar medidas contra activistas y intelectuales de izquierda.

A continuación hay algunos testimonios de personas que recorren América Latina en la Caravana 43:

“El gobiernos mexicano nos ha mentido de forma continua. Hasta la fecha, no hay ninguna prueba científica para respaldar la afirmación del gobierno que los 43 están muertos. El equipo forense independiente de Argentina ha proporcionado cuentas alternativas, y refuta lo que dice el gobierno mexicano. Sabemos que se los llevaron, y es por eso que han dejado de buscarlos. Vivos se los llevaron, y vivos los queremos, y no pararemos hasta que vuelvan a casa”, dice Hilda Vargas, la madre de Jorge Antonio Tizapa, uno de los 43 que fueron desaparecidos forzadamente por la Policía Federal Mexicana.

“Al principio pensamos que habían desaparecido a 43; ahora nos damos cuenta de que hay miles, por todo América Latina.” – Francisco Sánchez Nava, quien sobrevivió los ataques en Ayotzinapa el 26 de septiembre, 2014.

En Brasil, la represión estatal, la violencia policial, los asesinatos y las desapariciones forzadas han seguido a lo largo de la dictadura militar y se puede decir que han agravado bajo el Partido de los Trabajadores (Partido dos Trabalhadores), un partido político de centro-izquierda que recibió el apoyo amplio de movimientos sociales de izquierda en todo el país. Un estudio realizado por una ONG brasilera estableció que de la cantidad de homicidios, no menos de 50,806, se estima que 2,212 personas murieron a manos de la policía brasilera en el 2013. El total de asesinatos parecidos a manos de la policía suma 11,197 desde el 2009.

El grupo Mães de Maio (Madres de Mayo), un grupo de madres, padres y parientes, fue formado cuando la Policía Militar mató a más de 500 personas en la periferia de São Paulo durante las primera semanas de mayo del 2006. Las voces de estas madres dan un potente testimonio a las realidades que los habitantes de las favelas enfrentan. Ellos hallan varias capas de discriminación: una razón es por vivir en una favela, otra es por ser pobres, y la tercera es por ser negros.  El racismo contra la comunidad afrobrasilera y los pobres ha sido clave en mantener y justificar la violencia sistemática que sufren. Los medios de comunicación y los funcionarios del gobierno suelen culpar a los traficantes de droga de cualquier acto violento, complicando que las personas más pobres y marginadas encuentren algun nivel de justicia legal.

Durante un debate y discusión, tanto las Mães de Maio como integrantes de la Caravana 43 compartieron su lucha y testimonios con el fin de aprender uno del otro y desafiar la desinformación que se difunde a través de los medios de comunicación corporativos y los mismos gobiernos.

Débora Maria da Silva, una de las coordinadoras de las Mães de Maio, habló por el movimiento. “En nombre de nuestro movimiento, queremos decirles a los parientes de los desaparecidos en México que nosotras, las Mães de Maio, hemos estado con ustedes desde el principio. Soy hermana de un desaparecido…la realidad aquí en Brasil es una realidad cruel, donde las balas clandestinas se apuntan a los pobres, los negros, [los indígenas] y los que viven en la periferia…estamos en solidaridad con esta lucha.”

Aunque la pena de muerte no existe legalmente en Brasil, miembros del grupo sostienen que el estado, un “estado terrorista”, aplica la pena de muerte a los que sospechan de actividades criminales. Sin embargo, como explican los miembros, los “sospechosos” son clasificados y definidos como “los pobres, los negros, los indígenas, y los que viven en la periferia…no hay diferencia alguna entre los gobiernos de México y Brasil”, dijeron. “No hay una guerra contra las drogas, sólo hay una contra la gente…es una política de exterminio.”

Después de esta intervención, algunos de los madres y padres que conforman el movimiento Mães de Maio compartieron su testimonio y sus experiencias. Abajo hay algunos fragmentos de lo que dijeron varios miembros:

“A mi hijo se lo llevaron de nuestro hogar, lo torturaron, y dos días después hombres enmascarados y encapuchados vinieron y mataron a mi hijo. En los escalones del frente de mi casa escuché las balas que mataron a mi hijo…”

“La Policía Militar mató a mi hijo el 26 de marzo 2010, fue denunciada [a la judiciaria] pero lamentablemente no ha pasado nada, no han responsabilizado a nadie.”

“A mi hijo y nuera los mataron en el Día de las Madres del 2011. A él le dispararon en la esquina de nuestra casa, dentro de un carro donde estaba su hijo de cuatro años. Mi sobrina lo vio todo, y estoy segura de que fue la Policía Militar.”

“El 7 de septiembre 2012 mataron a dos miembros de la Policía Militar. Al cabo de treinta minutos, ellos mataron a ocho personas de nuestra comunidad, entre ellos mi hijo.”

“Asesinaron a mi hijo el 14 de mayo 2006…la Policía Militar lo buscaban constantemente, a menudo le prometían que algún día lo iban a matar. Al cabo de poco tiempo lo mataron, en el Día de las Madres.”

Estas declaraciones sólo son algunas de las que los integrantes de las Mães de Maio compartieron individualmente.

La Aldea Guaraní Tenondé Porã: “No están solos”

Los indígenas Guaraní hospedaron a los miembros de la Caravana 43 en su aldea Tenondé Porã, situada al sur de la ciudad principal de São Paulo (SP). La noche consistió en una ceremonia de bienvenida, y un intercambio de testimonios, de luchas, de experiencias y sobre todo de esperanza, para seguir la búsqueda de los 43 desaparecidos y fortalecer los lazos entre comunidades que luchan por sus derechos. Los Guaraní son el grupo indígena más grande de Brasil, y ascienden a aproximadamente 50,000 personas.

Los siguientes son extractos de algunas afirmaciones que hicieron los Guaraní:

“Sentimos el sufrimiento que experimentan…sentimos su dolor, queremos darles fuerza…”

“Hay mucho trabajo que tenemos que hacer juntos, de la misma forma que nuestros creadores, los que nos cuidan a nosotros aquí y a ustedes allá (en México) y escuchan nuestro dolor. De la misma forma que nuestro creador nos cuida aquí para asegurar que tengamos comida y sigamos con nuestro modo de vida, pedimos que también les cuiden a ustedes y les ayude en la búsqueda de sus familias y su bienestar…”

“Con sólo tenerlos aquí, mirarlos, estar con ustedes…vemos y sentimos su dolor. Les sentimos compasión. Perder a sólo uno de nuestros parientes es una carga inmensa, les consideramos parte de nuestra familia y conocemos el dolor que todo esto puede representar…”

“Aquí [en Brasil] también tenemos nuestras luchas. A veces nos manifestamos para defender nuestro terreno, y nos fortalecemos para que esta lucha siga…”

“También luchamos, y se parece a lo que les pasa a ustedes, los lideres y los políticos no nos respetan como personas, y tampoco respetan nuestros derechos. Pero como ven, aún tenemos nuestro estilo de vida, nuestros hijos, nuestro idioma, nuestro hogar sagrado, todavía conservamos todo esto hasta el día de hoy. Por eso no dejamos de luchar, y tampoco dejaremos de luchar hasta que los lideres y políticos de este país reconozcan nuestros derechos a nuestras tierras…aquí en Brasil principalmente luchamos por nuestras tierras, porque el gobierno brasilero no reconoce nuestros derechos.”

“Nos alegra que hayan llegado hasta aquí a Brasil, y esperamos que de ahora en adelante podamos caminar juntos…”

“Deberían saber que cuando estamos en nuestros espacios sagrados, hablando con nuestros creadores, pediremos que les apoyan en su lucha y su búsqueda de sus parientes…”

“Reconocemos que están aquí en un momento muy triste, me gustaría que este encuentro tuviera lugar bajo otras circunstancias. Este es un momento histórico que vivimos, estamos seguros de que, por estos intercambios, estaremos más fuertes en la lucha por nuestros derechos. Tenemos derechos tradicionales que se basan en la tierra, para que nuestros hijos y nietos tengan tierra para poder vivir aquí durante muchos años. No pensamos en sacar provecho de nuestras tierras, no pensamos en crear cosas para vender y ganar dinero, queremos tener tierra donde vivir y mantener nuestro modo de vida.”

“Con certeza caminaremos juntos. Uno de las peores cosas que puede pasar es no saber donde están los hijos de uno. Uno no sabe si los mataron, si los están torturando en algún sitio, es uno de los sentimientos más fuertes que creo que cargan con ustedes. Siento mucha emoción al aprender sobre lo que están viviendo. Tengo mi propio hijo, y estoy luchando por mi comunidad pero también por mi hijo, para que él viva y sus hijos también puedan vivir y tener derechos. Estos son los objetivos que fortifican nuestra lucha.”

Durante la conclusión del evento, la comunidad Guaraní intercambió regalos que incluían camisetas con declaraciones en su lengua que decían “No están solos.”

Favela do Moinho resiste!

Durante su último día en São Paulo, la Caravana 43 fue alojada por la Favela de Moinho, una favela ubicada en el centro de la ciudad, en una zona que tiene el tercer valor inmobiliario más alto de la capital. Esta comunidad ocupa un terreno que está en disputa por funcionarios de la alcaldía, la Red Ferrocarril Federal y un sindicato obrero. La favela existe desde hace más de 25 años con múltiples problemas estructurales y urbanos que afectan la vida diaria de los que viven allá. La población es una de las más marginadas de la ciudad, y frecuentemente son invisibles a los ojos del gobierno y los demás habitantes de São Paulo. La región tiene una historia muy larga de industrialización y desindustrialización; durante los años 30 había grandes fabricas en la zona que luego fueron abandonadas.

“Cuando se llevaron a nuestros hijos, se llevaron nuestro miedo.” Mario César González, el padre de César Manuel González Hernández, uno de los 43 que fueron desaparecidos forzadamente por la Policía Federal mexicana, les recuerda esto continuamente a la muchedumbre. Las declaraciones de la Caravana son coherentes, concisas, y informadas por su experiencia de sufrir la desaparición forzada de un miembro de su familia. “Esto no es simbólico, queremos encontrarlos…”, dijo González.

La Caravana 43 ha seguido con sus esfuerzos por obtener apoyo y pedir solidaridad con su causa. Durante este proceso han encontrado otras comunidades, familias y individuos que no sólo comparten su dolor, sino que han pasado por el mismo dolor y violencia de que se les quiten su familia y amigos injustamente y con impunidad. Aunque las lágrimas del dolor siguen fluyendo, su esperanza y fuerza radica en el corazón y la voluntad de los demás, los que están dispuestos a caminar con ellos y apoyarlos en esta lucha.

“Los gobiernos han globalizado la violencia, las desapariciones, los desplazamientos…debemos globalizar la resistencia, nuestra lucha no tiene fronteras…”, explicó Francisco Sánchez Nava. Si nos unen en solidaridad, si salen a las calles y gritan “todos somos Ayotzinapa”, pueden estar seguro que haremos lo mismo por ustedes.”

Armando Carmona es periodista independiente y editor en upsidedownworld.org

 

Translation by Alfie Lake