El uso de drones se dispara en Latinoamérica pero generalmente no se regula

Durante la última década, los drones generaron noticias como instrumentos para campañas encubiertas de bombardeo en Medio Oriente y el Cuerno de África. Pero la guerra por control remoto es solo una de las funciones que los vehículos aéreos no tripulados —UAV, por las siglas en inglés de Unmanned Aerial Vehicle– pueden proveer a medida que modelos no letales se hacen menos costosos y más accesibles a países en todo el mundo.

Desde la vigilancia aérea a modelado geográfico tridimensional de terrenos escabrosos e incluso servicios de entregas aceleradas de pizzas, los fabricantes han comenzado a promover las infinitas capacidades de drones utilizados en el interior. Al mismo tiempo, están apuntando específicamente al desarrollo de mercados en Latinoamérica para el uso marcial de drones en el mantenimiento del orden y en operaciones militares.

Como reacción, grupos de derechos humanos han mostrado su preocupación ante estas tecnologías en rápido desarrollo, citando su potencial para abuso por diversas agencias estatales. Recientes progresos han permitido que los gobiernos adopten y, en algunos casos, comiencen a construir sus propias flotas de UAV, pero la regulación del drone en el interior sigue siendo inexistente en todas las Américas fuera de leyes preliminares adoptadas en Brasil, Canadá y EE.UU.

“La mayor preocupación presentada por los drones es que se convertirán en un instrumento para la vigilancia masiva rutinaria”, dijo Jay Stanley, analista político sénior de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. “Flotas de pequeños, asequibles drones que despeguen solos podrían extenderse fácilmente sobre una ciudad, formar una red y proveer una vigilancia de redada durante 24 horas por día o un solo drone volando a alta altura podría realizar lo mismo. Esta tecnología ya existe. Es llamada Vigilancia de Área Amplia y es utilizada en el exterior por los militares de EE.UU.”

Stanley hablaba en una audiencia organizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (IACHR) en noviembre de 2013, en la cual defensores de los derechos humanos examinaron las implicaciones del uso no regulado de drones en Latinoamérica. En el primer evento de este tipo, los oradores apuntaron a provocar un debate más amplio sobre UAV utilizados en el interior mientras solicitaban líneas directrices para el inevitable enjambre de robots volantes que pronto llenarán nuestros cielos.

Aumento del mercado de los drones

Los drones son convenientes, fuera de ser económicos. A diferencia de helicópteros y otras aeronaves tripuladas, requieren menos mantenimiento, menos combustible, y menos riesgo para la vida humana en operaciones potencialmente peligrosas – y los precios de los drones bajan con cada año que pasa.

“Los drones más básicos de vigilancia son pequeños y cuestan unos 600 dólares en una compañía en México”, dijo W. Alejandro Sanchez, asociado investigador sénior en el Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA), en una entrevista telefónica. “De ahí, los precios aumentan, pero no tanto como la mayoría de la gente espera, especialmente si son comparados con el coste de un helicóptero. Cualquiera que piense que los drones son financieramente inasequibles para países menos desarrollados no ha considerado los últimos modelos.”

La baja de los precios abre nuevos mercados para drones de multiuso en todo el mundo. Dentro de los próximos 10 años, se espera que los gastos en drones en EE.UU. lleguen a más de 89.000 millones de dólares mientras los UAV se hacen cargo de más tareas civiles como la fumigación con pesticidas en la agricultura, la reacción médica de emergencia y ayuda humanitaria, según un informe de Bloomberg.

Hablando ante la audiencia del IACHR, Santiago Canton, abogado argentino y director de RFK Partners for Human Rights, enumeró las naciones latinoamericanas que han iniciado o anunciado planes para lanzar sus propios programas internos de drones.

“El ejército argentino ha desarrollado su propia tecnología de drones para vigilancia aérea. Brasil es el país en Latinoamérica que tiene la mayor cantidad de drones, producidos tanto dentro del país como adquiridos en el exterior”, dijo Canton. “Bolivia solo ha comprado drones para su fuerza aérea, y ha firmado un acuerdo con Brasil para que drones brasileños identifiquen áreas productoras de coca. Chile tiene drones sofisticados y ha comprado drones iraníes para sus fronteras y para vigilancia en todo su país.”

Aparte de EE.UU., un total de 14 países en el Hemisferio Occidental utilizarán pronto o desarrollarán UAV, según Canton. Muchos lo hacen usando drones y técnicas de producción israelíes, ya que EE.UU. tiene regulaciones estrictas sobre el compartimiento de tecnología militar con gobiernos extranjeros.

En los últimos años, Israel Aerospace Industries ha vendido sus grandes drones “Heron” con alas de una extensión de 16,54 metros a México y Ecuador, donde tiene filiales aparte de oficinas de ventas en Brasil, Colombia, y Chile. Otras compañías israelíes de drones han concluido “acuerdos estratégicos” con el fabricante brasileño de aviones Embraer a fin de producir drones para “el monitoreo de puertos, áreas agrícolas, forestales y costeras, tráfico, etc.,” informó el Christian Science Monitor.

Se ha permitido que algunos países latinoamericanos, incluyendo varias naciones caribeñas, lancen drones estadounidenses en cooperación con los militares y otras agencias de EE.UU. para operaciones contra el tráfico de drogas y para patrullas fronterizas, dijo Canton.

“Aparte de ejercicios conjuntos con EE.UU., los colombianos han producido y comprado drones y utilizado sus propias tecnologías. Los utilizan para sus fronteras, operaciones contra las FARC y también para obtención de inteligencia,” dijo Canton.

“La Policía Federal Mexicana utiliza drones en operaciones de seguridad y contra el tráfico de drogas. La Ciudad de México los usa para manifestaciones,” siguió diciendo. “Panamá los usa para monitorear el tráfico de drogas. El ejército peruano usa drones en el área de Apurimarc donde operan las guerrillas de Sendero Luminoso.”

La lista continúa. De la Vigilancia de Área Amplia a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México a estudios volcánicos en Costa Rica y programas de conservación de la selva húmeda en Belice, se espera que los drones jueguen un papel creciente en futuras operaciones gubernamentales y militares. A pesar de ello, Canton advierte que la gran mayoría de los usos de drones continúa bajo control militar sin supervisión civil.

“Vemos el efecto desastroso que esto puede tener sobre las sociedades”, dijo Canton. “Cuando la gente quiere manifestarse públicamente los drones pueden tener un efecto negativo y pueden intimidar a la gente para que no lo haga”.

Seguid al líder en drones

Por el momento, no existe un tratado para regular el uso de drones en ninguna parte del mundo. Los legisladores solo han comenzado a hablar del tema y según Sanchez, no es realista esperar un acuerdo internacional en un plazo previsible.

“Los partidarios de la tecnología de drones argumentan que los drones operan bajo cobertura de las Convenciones de Ginebra, que fueron firmadas en 1949, dijo Sanchez. “Eso fue hace 64 años, más o menos, y tenemos que adaptarnos a los tiempos”.

Cuando la legislación llegue al nivel de senado, Sanchez dice que espera que los gobiernos latinoamericanos sigan los programas de drones estadounidenses, israelíes y europeos para las líneas directrices sobre cómo conformar sus propias políticas de UAV.

Sin embargo, una mirada a EE.UU. presenta un mercado doméstico varado en su mayor parte debido a restricciones de la Administración Federal de la Aviación (FAA), que impiden que la mayoría de los UAV personales y comerciales despeguen debido a la amenaza de colisiones en el aire con aviones con tripulación, entre otros peligros.

A pesar de todo, es probable que las actuales regulaciones cambien ya que el congreso de EE.UU., actuando recientemente bajo presión de los lobistas de la industria de los UAV, ordenó a la FAA que acelere la integración de los drones y establezca nuevas reglas hasta 2015.

“Existe mucha demanda acumulada para esta tecnología en los departamentos de policía y agencias federales y, a medida que la FAA liberalice sus reglas, podemos esperar que muchos departamentos de policía comiencen a usar drones”, dijo Stanley, de la ACLU.

Al publicar estas líneas, se ha introducido legislación sobre uso de drones en 42 Estados durante el año pasado y los restantes ocho Estados han promulgado leyes. La mayor parte de esas leyes requieren que la policía obtenga un mandato de registro antes del despliegue de un drone.

“Esas autorizaciones generalmente imponen criterios y condiciones estrictos sobre el uso de drones como ser una altura límite de 131 metros y una prohibición de despliegue sobre áreas densamente pobladas”, dijo Stanley.

La principal área gris en la regulación de drones en EE.UU. es a lo largo de la frontera mexicana, donde UAV de vigilancia pueden operar legalmente dentro de 161 km de la frontera física, dijo Stanley. En esa región, el gobierno de EE.UU. emplea un sistema de drones llamado “Argus”, que puede filmar con una videocámara un área de 100 kilómetros cuadrados con la capacidad de detectar y seguir automáticamente a peatones y vehículos en cualquier sitio en el área de vigilancia.

“No cuesta establecer quién es quién por sus movimientos y su ubicación y no cuesta imaginar que esos movimientos y rastros pueden ser registrados en bases de datos y registrados durante años”, dijo Stanley.

Algunos departamentos de policía ya han comenzado a experimentar con sistemas de Vigilancia de Área Amplia como Argus, en Filadelfia, Baltimore y Dayton, Ohio, agregó Stanley.

Conflictos inter-estatales y la perspectiva de drones armados

Como en el caso de la frontera entre EE.UU. y México, el uso de drones a lo largo de áreas fronterizas en áreas en toda Latinoamérica podría fácil y repetidamente provocar tensiones inter-estatales, presentando otro problema con el uso no regulado de UAV, según Sanchez.

¿Qué pasaría si encuentran a algunos comandantes de las FARC ocultos en Venezuela y el gobierno [colombiano] dijera que no tiene el tiempo necesario para organizar una operación, pero tiene un drone armado que puede enviar para eliminar a esa gente?”, dijo Sanchez. “¿Cómo empeorará eso las tensiones inter-estatales?”

Sanchez describió un escenario en 2008, cuando tropas colombianas realizaron una operación dentro de Ecuador para asesinar a Manuel Reyes, el comandante de las FARC en aquel entonces. El gobierno colombiano no informó a Quito sobre las operaciones y la acción fue considerada como violación de la soberanía de Ecuador, creando tensiones entre Ecuador y Colombia.

Lo mismo podría ocurrir con UAV, dijo Sanchez. Una vez que los drones lleguen a ser ampliamente establecidos como instrumentos para el mantenimiento del orden y operaciones militares, la probabilidad de semejantes incidentes solo aumentará. El asunto se complicaría aún más si y cuando los gobiernos latinoamericanos comienzan a desplegar drones armados.

“La tecnología de drones es considerada útil para encontrar a esos guerrilleros y, considerando el éxito controvertido de drones armados por países como EE.UU., es solo cuestión de tiempo antes de que militares latinoamericanos decidan hacer lo mismo y utilicen drones para misiones de búsqueda y destrucción en nombre de la seguridad nacional”, escribió Sanchez en un informe de COHA titulado Latinoamérica presenta cuadro mixto sobre el uso de drones en la región.

“EE.UU. ha estado vendiendo drones ya que esta tecnología revolucionaria hace la vida más fácil, por lo tanto es obvio que países latinoamericanos estarán interesados después de ver los misiles Hellfire en Pakistán”, agregó en una entrevista telefónica.

Usando drones de vigilancia, los gobiernos solo pueden ubicar un objetivo. Todavía tienen que enviar helicópteros llenos de soldados armados para capturar o eliminar la amenaza y esto puede requerir una operación militar de alto riesgo. Semejantes despliegues requieren tiempo y planificación, lo que puede permitir que los objetivos desaparezcan.

Sanchez dijo que existe una ventaja evidente de los drones armados, pero plantea preocupaciones respecto a que una tecnología semejante esté en manos de gobiernos dictatoriales.

“Existe definitivamente una necesidad para una tecnología que sea barata y que pueda tener algunos resultados realmente positivos, pero evidentemente existe una posibilidad de que esta tecnología pueda ser utilizada por todas las razones equivocadas y, desgraciadamente, a través de toda la historia de Latinoamérica, el abuso del poder ha tendido a ocurrir demasiado a menudo”, dijo Sanchez.

El futuro es ahora

Se espera que aproximadamente 7.500 UAV comiencen a operar en el espacio aéreo estadounidense dentro de los próximos cinco años después de la introducción de nuevas regulaciones, dijo el administrador de la FAA Michael Huerta en una conferencia de prensa en noviembre. Agregó que el objetivo final de la industria estadounidense de los drones es establecer un liderazgo global que permita que el mercado de EE.UU. establezca estándares para la industria en todo el mundo.

Mientras tanto, la mayoría de los países latinoamericanos gozan de crecimiento económico, lo que significa que los militares tendrán mayores presupuestos a su alcance para construir nuevas armas o comprarlas en el extranjero. Las operaciones de seguridad y militares en Latinoamérica aumentan actualmente la demanda global de drones.

“Países como Brasil quieren ser conocidos como potencia militar y quieren mostrar que tienen una vibrante industria militar interior y pueden construir sus propias armas y producir tecnología de drones para venta a otros países”, dijo Sanchez.

A pesar de todo, la proliferación de la tecnología de drones en todas las Américas avanza más rápido que las regulaciones. Después de analizar los usos futuros y actuales de UAV en Latinoamérica, la audiencia del IACHR acordó tres recomendaciones a la comunidad internacional.

Las primeras dos llaman a EE.UU. a cumplir los principios internacionales de derechos humanos en su uso y en el desarrollo de drones armados en todo el mundo. La tercera recomendación plantea la necesidad de “aclarar y articular” las obligaciones legales de Estados respecto al uso de drones, armados y sin armas, y llamó a la preparación de legislación al respecto.

A medida que pasa el tiempo y la baja de los precios alienta a más gobiernos a emplear drones de vigilancia, el uso de drones armados solo representará el próximo paso en el proceso de integración, dijo Stanley en sus declaraciones finales.

“Por sus usos en el exterior sabemos que los drones armados pueden ser armas increíblemente poderosas y peligrosas. Cuando agentes de mantenimiento del orden interior pueden utilizar la fuerza desde lejos, puede resultar demasiado fácil que lo hagan,” dijo Stanley. “Cuando la vigilancia se hace más fácil, es más utilizada. Cuando es más fácil utilizar la fuerza, será más utilizada. Hemos visto esta dinámica no solo en el exterior, sino también dentro del país con armas menos letales como los taser.”

Aunque existe actualmente un amplio consenso contra el uso de drones armados en las Américas, Stanley dijo que han aumentado las excepciones. Departamentos de policía en EE.UU. han sugerido armar UAV con balas de goma para controlar disturbios. Al mismo tiempo, las patrullas fronterizas de EE.UU. han propuesto equipar drones con “armas no letales a fin de inmovilizar objetivos de interés.”

“Existen muy buenas razones para pensar que una vez que desaparezcan las actuales controversias y la atención pública sobre los drones internos, veamos una presión por drones armados con armas letales”, dijo Stanley.

Versión en inglés

Fuentes:

1. Drones Delivering Pizza? Venture Capitalists Wager On It

2. Video of Inter-America Commission on Human Rights Hearing

3. Fined Drone Pilot Tests U.S. Industry Seen Reaching $89 Billion

4. McClatchy: Increasing Drone Usage in Latin America

5. Bloomberg: U.S. Unveils Plan for Domestic Drones, Privacy

6. Christian Science Monitor: Colombia’s Cross-Border strike on FARC irks neighbors

7. Christian Science Monitor: Spread of Drones Programs in Latin America Sparks Calls for Code of Conduct

8. Eurasia Review: Latin America Puts Forward Mixed Picture on Use of Drones in Region

9. FAA Proposes Widespread Civilian Drone Use in U.S. Airspace by 2015

Diego Cupolo es un periodista independiente, fotógrafo y autor de Seven Syrians: War Accounts From Syrian Refugees, que será publicado en enero de 2014 por 8th House Publishing. Actúa como editor regional para Latinoamérica de Global South Development Magazine. Vea más de su trabajo en www.diegocupolo.com .