24/10/2007
La población local limpia la basura que las compañías dejan.
A pesar de convertirse en una plaga por los escándalos en América Latina, la compañía sueca Skanska ha mostrado recientemente su tendencia a no abandonar sus sombrías operaciones. Más bien todo lo contrario, Skanska continúa sus perforaciones de pozos petrolíferos en cooperación con las inescrupulosas compañías petroleras como Petrobras en la cuenca amazónica de Ecuador. Debido a las recientes licencias ambientales, las compañías pierden el derecho legal de sus actividades en el Parque Nacional Yasuní (PNY), reserva de la biosfera ratificada por UNESCO en junio del 2005. Sin embargo, a día de hoy siguen perforando en los campos petroleros y sus inmediaciones, aunque la ocupación industrial amenace seriamente la integridad del medio y los pueblos indígenas.
En agosto del 2004, coincidiendo con la visita de Estado del presidente brasileño Lula da Silva, la petrolera Petrobras obtuvo un controvertido permiso para perforar en el PNY (Bloque 31) El PNY que está en la región amazónica de Ecuador, fue declarado reserva de la biosfera por UNESCO en el año 1989, el mismo año que la industria petrolera empezaba a clamar por las riquezas subterráneas de la región. El Yasuní es considerado como el Parque Nacional más importante de Ecuador, hogar de gran biodiversidad. El país no fue capaz de rescatarlo de la voracidad de las compañías petroleras que a día de hoy todavía tiene el control de alrededor un 70% del área (ilegalmente y con el apoyo militar) según la red internacional Oilwatch. La zona es el hogar de 3 pueblos indígenas, incluido el pueblo Huaorani, cuya existencia está seriamente amenazada por la explotación petrolera y la polución que ésta causa. No obstante, la compañía constructora sueca no encontró ningún problema ético en trabajar con la industria petrolera en la región.
Skanska fue animada por Petrobras a desarrollar varias infraestructuras y trabajos de ingeniería civil en los bordes del Yasuní. La construcción de un puerto a lo largo de la orilla del río Napo que empezó en marzo del 2005. Sin embargo, la construcción tuvo que paralizarse meses después. El permiso a Petrobras fue revocado a tiempo, y siguiendo más investigaciones el proyecto fue interrumpido hasta que la viabilidad del estudio ambiental estuviera completa. A esto le siguió la revelación de un largo número de irregularidades, circunstancias seriamente defectuosas e ilegalidades en las operaciones recientemente emprendidas.
Polución y descuido sanitario
Desde el año 2005, Skanska y Petrobras han sido duramente criticadas por organizaciones ambientalistas, autoridades gubernamentales y la población local de Ecuador. Esto se refiere particularmente a las actividades en el PNY, donde los informantes locales de las comunidades de Sani Isla y Chiru Isla han informado que Skanska ha contaminado los cursos de agua con sustancias tóxicas. Inspecciones realizadas por Acción Ecológica y la autoridad ambiental de la provincia de Orellana en Chiru Isla determinaron que las consideraciones ambientales de Skanska son seriamente defectuosas. Acción Ecológica reportó que cinco familias en Chiru Isla experimentaron intoxicación y devinieron seriamente afectados por las emisiones. Además la inspección encontró que los deshechos de las letrinas construidas por Skanska habían sido vertidos a los campos circundantes en contra de las leyes sanitarias de Ecuador. Este hecho pudo suponer un peligro serio para la salud de la población que depende del agua de las fuentes.
Libre trabajo
Según los habitantes de Chiru Isla, Skanska también explota a la población local. En cooperación con Petrobras y un tercer socio, la compañía argentina Alesco, Skanska es denunciada por animar a la población a hacer trabajos peligrosos a cambio de salarios nada satisfactorios. Además las compañías son acusadas de adquirir plátanos y yuca sin pagar nada a cambio. El comportamiento de Skanska en Ecuador contrasta netamente con su propio código de conducta. “Nosotros no usamos el trabajo forzoso, ni esclavo ni otras formas de trabajo involuntario en nuestros campamentos. No permitimos ninguna práctica que pudiera restringir el libre movimiento de trabajadores Una fuerte y estrecha relación con todos los trabajadores, construida sobre un respeto mutuo y digno es vital para Skanska”1 Según los abogados del Frente de Defensa de la Amazonía (FDA) es común entre las compañías que operan en la amazonía ecuatoriana explotar a la población local con trabajos forzosos, impagos o dinero negro. “En el sector petrolero, particularmente en el hemisferio sur, las compañías ignoran notoriamente los Derechos Humanos y las leyes ambientales” explica el antropólogo y ecologista José Proaño “y Skanska no es una excepción” El hecho de que el comportamiento de Skanska sea clientelista en el contexto de la perforación de pozos en el Sur global no ayuda, ni libera a Skanska de la responsabilidad de sus acciones. Sin embargo, los mecanismos y los deseos de contrarrestar los desastres sociales y ecológicos causados por las actividades de Skanska desaparecen aparentemente en las compañías y en las estructuras políticas.
Un contexto de crímenes y corrupción
Después de que Petrobras y Skanska fueran forzadas a renunciar al PNY por un período de tiempo mientras los estudios no fueran completados, ambas han continuado centradas en perforar el Bloque 18, situado también en la amazonía ecuatoriana. Los grupos de DDHH y ambientalistas fijaron sus críticas contra las operaciones en ese bloque. Según los expertos legales del FDA, los informes de violaciones de DDHH en el área son recibidos a diario. Estos informes son seguidos de investigaciones e inspecciones que confirman los reportes facilitados por la población local.
El abogado del FDA, Pablo Fajardo, afirma que las condiciones generales en la petroleada región amazónica son miserables. Según él, la situación puede ser comparada con un tipo de guerra de baja intensidad contra la población local, en la que las compañías tratan de dividir, manipular, amenazar y demás en vez de repara lo que ellos consideran un inconveniente para la industria. “La población está siendo expuesta a serios peligros de salud y enfermedades relacionadas con la explotación petrolera y sus fugas deliberadas de deshechos”, dice Fajardo, “mientras se vive bajo el miedo generado por las compañías cuyo poder se expresa con amenazas y violencia. Con el uso de las fuerzas privadas, las compañías tratan de controlar y ahogar la resistencia local a cualquier precio. Esto es lo que aparece en toda la región y todas las compañías que trabajan con petróleo están obligadas a negociar con esta realidad” En su código de conducta y en su página web, Skanska hace alarde de su responsabilidad ética y de su extraordinaria consideración en todos aquellos países en los que opera. Aparentemente, su excelente ética corporativa no es aplicada en países como Ecuador, ni en otros países de América Latina.
Skanska, una de las compañías más importantes de Suecia, aporta muchos beneficios a la economía sueca. Políticamente, Skanska ha disfrutado de un apoyo significante del gobierno sueco. Galo Abril, que trabajó en el consulado sueco de Quito, Ecuador, fue ministro de petróleo del país andino. A día de hoy, Galo Abril, es cónsul sueco, a pesar de salpicarle la corrupción en el caso Texaco en su etapa de ministro en los años noventa. Este hecho, aparentemente, parece no concernir al gobierno sueco, cuyo objetivo principal es asegurar que las compañías suecas tengan contactos diplomáticos para garantizar los negocios. Quizá sean circunstancias similares las que han contribuido con éxito a prevenir las críticas a Skanska en los medios de comunicación tras los numerosos escándalos de la compañía en América Latina.
1 Código de conducta de Skanska
Agneta Enström trabaja con www.Yelah.net y Oscar Francino trabaja con http://www.alisupay.org/.