Domesticado La Amazonia Ecuatoriana

30/10/2007

Corporativismo colonial (quema el petróleo en territorio indígenas amazónicos)

La expansión de las operaciones de la constructora sueca Skanska en América Latina y los daños ambientales que ésta ocasiona es poco conocida en Europa. El discurso de desarrollo y progreso que difunde la compañía sueca está muy lejos de ser real pues resulta racista y colonialista en la práctica. Hace más de un año y medio que la base de Skanska está ubicada en las afueras de la ciudad petrolera de Coca, en la devastada provincia amazónica de Orellana. Las actividades de la compañía, dirigidas en cooperación con otras petroleras en varios campos petroleros de la región, se dirigen desde aquí. Uno de los directores regionales es Milton Díaz, un hombre con muchas décadas de experiencia en la industria petrolera. Solía trabajar para Skanska en su tierra natal de Argentina donde la compañía tiene su cuartel continental.

De una serie de encuentros y entrevistas que tuvimos la licenciada en ciencias políticas Hanna Dahlström y yo con Díaz y varios de sus colegas en Ecuador desde la primavera del 2006 pudimos hacernos una idea de los líderes de Skanska en la región. Las opiniones manifestó Díaz representan racismo cultural, en el que la población de Ecuador en general y los pueblos indígenas en particular, son descritos de forma peyorativa. “La gente del bosque debería estar agradecida a la industria en vez de quejarse y hacer demandas incoherentes” argumenta “si no fuera por las compañías, todavía vivirían de las bananas y no conocerían otra cosa que la selva – como los monos. A pesar de todo, esto es un república bananera subdesarrollada”. Desafortunadamente, las opiniones de Díaz son usuales. El discurso racista al que da voz está en la línea del discurso convencional de las compañías del Norte respecto al Sur global y su desarrollo.

Términos como “cabezas cuadradas”, “repúblicas bananeras” y “cultura inferior” son usados para denominar al otro, que son los nativos, los lugareños, los también llamados subdesarrollados. “La gente aquí piensa en holgazanear y buscar favores. Nadie toma ninguna responsabilidad respecto a nada, carreteras, puentes, todo lo que podemos ver a nuestro alrededor…” dice Milton Díaz, abriendo sus brazos ampliamente para indicar la vasta zona industrial que un día fue bosque tropical.

El mito corporativista del desarrollo sostenible

Según Skanska, su voluntad es la de promover el “desarrollo sostenible” aplicando las alternativas posibles más amigables con el medio ambiente. Sin embargo, estas visiones son obviamente dependientes de una regulación externa. Víctor Vázquez asegura que Skanska quema gases tóxicos en campo abierto aún cuando se sabe que es un procedimiento extremadamente contaminante. La explicación de Vázquez sobre este comportamiento es que el estado ecuatoriano no tiene los recursos para aplicar las leyes medioambientales repercutiendo en tal ausencia de ninguna consideración ambiental. “Ecuador todavía no está desarrollado, no hay incentivos para invertir en nueva tecnología. En otros países como Argentina, naturalmente utilizamos las mejores técnicas posibles” dice.

Según los trabajadores petroleros del Bloque 18, en el que trabaja la compañía sueca con el gigante petrolero Petrobras, la quema de gas es tal que no es posible la vida a su alrededor. Esto confirma que la tecnología amigable con el medio y el desarrollo sostenible con el que Skanska quiere asociarse no son más que propaganda.

Otro argentino en cargo ejecutivo de Skanska en la región amazónica es Oswaldo Contreras. El también admite francamente que la extracción de petróleo siempre tiene un cierto componente residual. “La perforación de petróleo es una de aquellas cosas con las que uno tiene que vivir…” dice encogiendo los hombros. A diferencia de la población local, que es forzada a vivir con la contaminación, Contreras no tiene por qué preocuparse del agua que bebe. Tampoco tiene por qué preocuparse del alto riesgo de desarrollo de alguna de los ocho tipos de cáncer relacionados con el petróleo o de tantas otras enfermedades asociadas con las emisiones de la industria petrolera en la región amazónica. Y como Milton Díaz, Contreras argumenta en términos positivos lo que la población obtiene de la industria petrolera. “Skanska” presume “ha construido una carretera para la población local en Campo Bermejo, en la frontera colombiana. Este es el tipo de cosas que nosotros llamamos responsabilidad social y compensación…”

Mentiras y extorsión

Según Marcos Baños, responsable de medioambiente de la ciudad petrolera de Coca, en la provincia de Orellana, Skanska se ha comportado de forma sospechosa y ha demostrado una falta de respeto en toda la región. Baños dice que los representantes de la compañía han visitado a las autoridades para realizar “proyectos”. “Esto lo considero una extorsión”, explica el inspector ambiental. Baños explica que Skanska es una de las compañías más escurridizas “tienen que tratar con su trabajo” Y esta dificultad le hace dudar, sobre su visión de Skanska y sus innegables complementos, la compañía tratará falsificar las leyes y las regulaciones a cualquier precio. No está solo a la hora de opinar sobre Skanska en la región amazónica. Raúl Vega, de la oficina provincial de medio ambiente del Coca, añade más al escandaloso historial de Skanska. También dice estar decepcionado con el comportamiento de la compañía en la región, demostrando que no hay ningún tipo de consideración por las leyes ambientales ni por la gente, y ningún tipo de respeto hacia las delegaciones del gobierno y sus pueblos indígenas. “Oswaldo Contreras fue la primera persona de Skanska con la que nosotros contactamos” nos comenta Vega “y nos negó la información que nosotros le requeríamos. Si solamente nos la hubiera enseñado, hubieran hecho el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) nosotros les habríamos facilitado el permiso…pero nos presentó un tipo de información que, sin embargo, resultó ser falsa. La compañía afirmó haber realizado el EIA lo cual suponía una mentira absoluta”

Cuando los negocios crean la tierra

Según los dirigentes regionales de Skanska, es gracias a las compañías que los pueblos indígenas finalmente han tenido la oportunidad de volverse civilizados. Esta visión no es la única para los líderes empresariales, pero es bastante compartida por la ideología neoliberal en Europa – como es el caso Johan Norberg, cuya actitud respecto a las culturas no industrializadas es igualmente grosero y prejuiciosa. El libro de Norberg När mäniskan skapade världen (Cuando el hombre creó el mundo) expresa una escalofriante falta de entendimiento por las culturas no industrializadas cuyos espacios han sido ocupados por las compañías occidentales como Skanska y los gigantes petroleros carentes de escrúpulos. Según Norberg, la globalización, el libre mercado y la producción industrial son las recetas universales para la felicidad y el Bienestar. Porque en el mundo de Norberg, la historia del hombre ha sido consistentemente una “historia de profunda miseria” – una perspectiva que no solo es ignorante sino también nos lleva hacia un etnocentrismo letal adoptado por las compañías cuando buscan justificar su comportamiento rapaz en el hemisferio Sur. “En un principio, todos nosotros éramos desarrollados” argumenta Norberg sin involucrarse a sí mismo acerca de la dominación imperial que regularmente destruye culturas aborígenes que desesperadamente luchan por sobrevivir contra las corporaciones multinacionales y los gobiernos corruptos.

Sin embargo, la actitud de Norberg y Skanska son incorrectas y racistas. Según los pueblos indígenas, sus culturas no son subdesarrolladas y sus vidas no fueron miserables antes que las compañías lanzaran su “campaña” de civilización en la selva. Por el contrario, es el concepto occidental de desarrollo que sostiene la muerte y la destrucción en la región amazónica.

A diferencia de Johan Norberg, quien a pesar de su exitosa carrera como escritor solo distorsiona las perspectivas, compañías como Skanska tienen poder psicológico sobre otras culturas suficientemente desgraciadas para sostenerse íntegras. Y bajo unas relaciones desiguales entre las grandes compañías, los estados y la sociedad civil, particularmente en el hemisferio Sur, Skanska se ha mostrado como representante de una regresión cultural y ecológica en vez responsabilidad social y desarrollo sostenible que dice ofrecer al mundo.

A día de hoy hay una importante lucha, una resistencia crucial hacia el futuro, contra la explotación petrolera en ecosistemas frágiles y en territorios indígenas.

El trabajo en Red contra la devastación industrial en América Latina con la internacional Oilwatch, la ecuatoriana Acción ecológica y el Frente de Defensa de la Amazonía. Survival Internacional es otra organización que trabaja con y por los pueblos tribales alrededor de todo el mundo.

Agneta Enström trabaja con www.Yelah.net y Oscar Francino trabaja con http://www.alisupay.org/.