Fuente: Programa de las Américas
El sábado pasado, antes del diálogo programado entre Luz y Fuerza del Centro y el gobierno mexicano para el lunes, la Policía Federal tenía la encomienda de tomar más de 50 instalaciones eléctricas justo antes de la medianoche. La policía asaltó las instalaciones saltando bardas y usando cortadores de metal para romper cadenas y candados. Unos momentos después, el Presidente Felipe Calderón emitió un decreto ejecutivo para liquidar a la compañía. Esta acción busca abrir la empresa estatal de servicio público a la privatización y eliminar uno de los sindicatos más activos e independientes de la nación.
El decreto oficial sigue a un conflicto sindical que el gobierno azuzó y luego aprovechó para eliminar por igual a empresa y sindicato. Las elecciones sindicales de junio pasado fueron impugnadas por el grupo perdedor entre rumores de que el gobierno federal estaba fomentando activamente la división. Como señal de advertencia, el Secretario del Trabajo Javier Lozano negó el 5 de octubre el registro de la nueva dirigencia sindical sin esperar la decisión del tribunal laboral.
El llamado "Sabadazo" u ofensiva en día sábado, se consumó encontrándose el sindicato y el gobierno en pláticas y esperando una respuesta prometida por la administración de Calderón para el lunes siguiente. Una vez más, el gobierno mexicano demostró una propensión al golpe unilateral y al uso de la fuerza por encima del diálogo. Aunque previamente había tomado una posición dura ante los sindicatos, este es con mucho la medida más anti sindicalista hasta ahora y ha impulsado una indignación amplia entre trabajadores y el público.
En medio de una crisis económica que ha privado de trabajo en el sector formal a un millón de personas, alrededor de 44,000 familias de trabajadores electricistas perdieron su medio de subsistencia de la noche a la mañana. El gobierno ha dicho que pagará más de 1,600 millones de dólares en indemnizaciones y prestaciones a los trabajadores y más de 22,000 jubilados de la compañía. El sindicato dice que sus miembros no aceptarán el paquete ofrecido para librarse de ellos.
Las razones alegadas para liquidar la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC), compañía descentralizada de la Comisión Federal de Electricidad, fueron: 1) pérdidas excesivas, 2) pérdida de energía por causas técnicas y falta de pago por servicios, y 3) sus excesivos costos de obras públicas. La dirigencia sindical aduce que gran parte de esto se debe a la propia torpeza del gobierno en relación con la administración de la entidad y la falta de inversión pública en la misma. La empresa recibe subsidios masivos del estado para mantenerse operando. El Presidente Felipe Calderón y los Secretarios de Energía, Gobernación, Hacienda, Recursos Naturales y Agricultura firmaron el decreto.
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) está entre los sindicatos más activos e independientes en un país al cual han dominado los sindicatos de afiliación gubernamental. Su membresía ha encabezado las muchas batallas para la defensa de los derechos laborales y el nivel de vida en el país. El dirigente del SME, Martín Esparza, declaró la toma de Calderón "inconstitucional" y ha jurado luchar contra la liquidación de la compañía y del contrato colectivo. Esparza habló en MSVRadio en entrevista conjunta con el candidato del grupo perdedor, Alejandro Muñoz, declarando ambos haber hecho causa común para combatir las acciones gobiernistas para destruir el sindicato.
El SME dejó en claro al público que cualquier interrupción de los servicios sería la consecuencia de haber eliminado a trabajadores electricistas capacitados del sindicato. En el país se han reportado algunas fallas, aunque hasta ahora en general el servicio se mantiene. Voceros gubernamentales han intentado culpar al sindicato por cualquier interrupción de los servicios, declarando que se esperaban actos de "sabotaje". El sindicato negó en forma inequívoca cualquier intención de su parte de interrumpir el servicio.
Desde la toma en plena noche del sábado se han sucedido protestas constantes. La marcha del domingo reunió a decenas de miles de manifestantes coreando lemas contra el gobierno calderonista y en defensa de los derechos de los trabajadores. Uno de ellos expresó a esta observadora que aunque esperaban una larga batalla, los trabajadores no se rendirían y que ya han recibido el apoyo de otros sindicatos mexicanos y del público.
El volante entregado en la manifestación del domingo, que bloqueó las calles principales en el centro de la Ciudad de México, señala: "El gobierno federal a través de Javier Lozano Alarcón, jefe de la Secretaría del Trabajo, ha decidido declarar la guerra a los trabajadores mexicanos y sobre todo al Sindicato Mexicano de Electricistas, ante su fracaso absoluto para cumplir las promesas de campaña de Felipe Calderón Hinojosa."
Continúa declarando que Calderón asumió su cargo prometiendo empleo y hasta ahora, durante su gestión se han perdido 1,200,000 empleos y los salarios reales se han desplomado. "Lo que hay en el fondo [de estos actos] es el intento de liquidar a LFC para privatizar la industria eléctrica." El gobierno ha deseado desde hace mucho privatizar la compañía paraestatal como parte de la tercera generación de reformas estructurales dictadas por el Banco Mundial, y porque las redes de fibra óptica son codiciadas por poderosos grupos económicos en el sector privado en alianza con la administración.
En la reunión del lunes el sindicato planeaba presentar pruebas de violaciones al contrato colectivo y presentar una queja ante los tribunales laborales, lo que conforme a la legislación mexicana es el paso previo a emplazar a y declararse en huelga. La toma de las instalaciones por el gobierno, y su plan para liquidar a la compañía entera fue un albazo para negar a los trabajadores la facultad de defender sus derechos laborales a través de una huelga si ésta es necesaria. Seis mil policías y elementos de seguridad fueron enviados a controlar las instalaciones. Ha habido informes de escaramuzas leves.
Luis Hernández Navarro, del periódico La Jornada, escribe que el SME es el sindicato más antiguo de la nación, fundado en 1914. Internamente, el sindicato posee una estructura que combina asambleas y elecciones frecuentes con referendos y que mantiene una participación real de sus miembros. Hernández concluye: "El asalto policiaco y militar contra los trabajadores electricistas es un grave retroceso en la precaria vida democrática del país. Provoca un fenomenal cortocircuito. Establece un precedente nefasto. Pretender resolver por medio de la violencia un conflicto creado por el mismo gobierno nos retrae a las más negras etapas del autoritarismo. A tres años de gobierno, el desgaste de Felipe Calderón es severo. Su última aventura laboral lo profundizará aún más."
El decreto para la liquidación de LFC liquida efectivamente uno de los sindicatos más activos y democráticos del país en un momento en que es crucial la defensa de los derechos de los trabajadores.
El gobierno ha dicho que no está privatizando la empresa estatal pero Esparza reveló que dos ex secretarios de energía, Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens, han formado una compañía privada, llamada WL Communications, que usaría la red de fibra óptica de LFC pagada por los contribuyentes para proporcionar servicios de voz e internet. Esparza informa que los empresarios ya han negociado descuentos y subsidios para esta lucrativa empresa. Es un patrón ya familiar: la mayoría de los multimillonarios mexicanos labraron inicialmente sus fortunas a partir de privatizaciones realizadas por el estado bajo condiciones escandalosas durante la administración de Salinas de Gortari.
El sindicato está apelando al Congreso y a los tribunales para que declaren inconstitucional la toma de Luz y Fuerza del Centro. Durante toda la semana se llevarán a cabo manifestaciones de importancia. Organizaciones laborales del mundo entero han emitido declaraciones de protesta contra los actos antisindicalistas de Calderón y en apoyo al Sindicato Mexicano de Electricistas.
Nota a nuestros lectores: El Programa de las Américas continuará cubriendo este acontecimiento principal en la historia de México. No anticipamos una interrupción del servicio eléctrico, pero cuando toda una fuerza laboral capacitada es remplazada de la noche a la mañana, pueden ocurrir problemas. Recibimos nuestra energía eléctrica de LFC. Si no escuchan de nosotros, es porque hemos tenido un problema y buscaremos otros medios para comunicarnos.
Pueden enviarse cartas:
al Presidente Felipe Calderón, a felipe.calderon@presidencia.gob.mx
al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), a sinmexel@sme.org.mx
Laura Carlsen (lcarlsen(a)ciponline.org) es directora del Programa de las Américas (www.ircamericas.org) para el Center for International Policy (Centro para la Política Internacional) en la Ciudad de México.