El Valle Ecológico de Machachi: el “último valle agrícola”, ¿el valle de la chatarra?

"Esto nosotros sabemos; la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto nosotros sabemos. Todas las cosas están conectadas como la sangre que une nuestra familia." (Jefe Seattle, de la tribu Suquamish)

Machachi

A una hora al Sur de la capital del Ecuador, Quito, se extiende un valle fértil y verde de clima húmedo y frío; el Valle de Machachi, rodeado por dos importantes reservas naturales: Pasochoa – "la guía principal de muchos estudios que buscan descifrar la composición vegetal de los ecosistemas originales que cubrieron los Andes" y que es actualmente una reserva natural en la que se encuentran especies arbóreas importantísimas como el árbol de polylepis, el laurel, el pumamaqui o garra de puma, entre otras, que son conocidas por su "utilidad directa para el hombre." Además, en cuanto a las especies animales, el Pasochoa podría ser considerado como un santuario para especies como los colibríes, las tangaras, el cóndor, el cuchucho, etc., que han desaparecido prácticamente de otras zonas de los Andes ecuatorianos.

La segunda zona de importancia natural, es el Bosque Protector Toachi-Pilatón – que cuenta con especies arbóreas como la sangre de drago, canelo, orquídeas, entre otros, así como especies animales nativas. Además, el valle es un importante punto de paso para ingresar a apreciados destinos turísticos como son: el Parque Nacional Cotopaxi, los Ilinizas, el Rumiñahui, etc. Machachi es, finalmente, conocido como "el valle fértil", o el "valle ecológico" y es considerado por el Director de Fundación Natura, Xavier Bustamante, como "uno de los últimos valles agrícolas del Ecuador" (Blanco y Negro – (B/N), 5 de Agosto de 2006)

ImageSin embargo, la presencia de ADELCA, (Acería del Ecuador C. A), instalada en la zona desde 1963, en San Alfonso, parece amenazar al valle de manera preocupante. Actualmente, la posible creación de un horno de fundición de chatarra para la producción de palanquilla de acero angustia aún más a varios grupos de los sectores ganadero, agrícola y turístico por los posibles impactos.

Hoy por hoy, la compañía ha instalado, con el permiso del Municipio de Mejía, un enorme montículo de chatarra en un área que cubre seis hectáreas; el montículo, alcanzando hasta los 5 y 6 metros de altura, es fácilmente visible desde la carretera Panamericana en el tramo Alóag-Santo Domingo.

Adelca

Como ya se ha dicho, Adelca ha estado presente en la zona desde hace 43 años. En su página web, Adelca establece que su reto para con el país fue el de entregar "una industria de acero, que en forma técnica y económica, cubriera las necesidades del sector de la construcción y afines."

El documento del Resumen Ejecutivo Proyecto Fundición Adelca, Chatarra San Alfonso, (REPFA) establece que el "centro de acopio de chatarra es temporal. La chatarra que ingrese al proceso será fundida en forma inmediata." El REPFA aclara además que la acumulación futura de la chatarra no será necesaria, aunque se mantendrá un "pequeño stock" que sería guardado en la propiedad actual de la fábrica. El mismo documento compromete a los proveedores de chatarra a encargarse de la separación de materiales pesados como "plomo, cobre, aluminio, bronce, acero inoxidable" que son materiales que Adelca no adquiere por ser productos de precios superiores al del hierro. Así mismo, se afirma que la contaminación provocada por la chatarra que ha sido "tan hablada", no es una realidad, puesto que estos materiales únicamente producen "óxido de hierro que no es contaminable" y que "está presente en el agua como en la tierra; especialmente en el valle de Machachi."

El documento afirma que, "por pedido del Municipio del Cantón Mejía se ha realizado un relleno y compactación del suelo, canales perimetrales de hormigón armado, que son recolectores de aguas lluvias que evitan las correntinas; finalmente se ha colocado una barrera de zarán para mejorar el aspecto visual." Además se dan datos precisos del consumo del agua que generaría la planta de fundición – 9. 33 litros por segundo cuando está en funcionamiento. "Si la fábrica no opera, no hay consumo de agua" establece el documento, asegurando que el agua utilizada sería solo como refrigerante y que, dado el circuito cerrado en base al cual funciona el sistema, no habría descargas contaminantes.

ImageEn el REPFA consta así mismo la carta de autorización otorgada por el Municipio del Cantón Mejía, firmada por el Ingeniero Ángel Brito Regalado, proveniente de la Dirección de Servicios Públicos y Medio Ambiente, en la que se establecen las "Normas para el transporte de chatarra" y según las cuales Adelca deberá cumplir requisitos de protección medioambiental, ornato de la ciudad y horarios "para el desarrollo de esta actividad." El Municipio solicita a Adelca, que siga con "toda la normativa nacional e internacional para el transporte de este tipo de desechos" como está establecido en el Texto Unificado de Legislación Ambiental Secundaria (TULAS), siguiendo además el Convenio de Basilea sobre transporte de materiales de desecho peligrosos. El REPFA incluye el Registro Oficial, así como un estudio y certificado otorgado por el fabricante de las maquinarias que Adelca utilizaría (SIDERMONTAGGI S.p.a), un informe sobre el reciclaje de chatarra en Chile, una serie de fotos de la "ubicación de Siderurgias" en España, Brasil, Italia, Estados Unidos y China, y fotos sobre el Proyecto Chatarra San Alfonso.

Por su parte, Juan C. Blum, Gerente General de Eficiencia Energética y Ambiental Efficācitas Consultora Cía. Ltda,  (fundada en 1994 y cuyo objetivo es el apoyar el desarrollo sostenible en los sectores comerciales, industriales y de servicios en el Ecuador y Latinoamérica) afirma que "El Estudio de Impacto Ambiental estuvo disponible entre el 26 de julio y el 10 de Agosto, 2006 conforme se publicó en Diario El Comercio por 3 ocasiones." Blum aclara que se realizó así mismo una reunión pública el 28 de Julio en la Comunidad de Alóag, además de reuniones posteriores.  "En la actualidad nos encontramos realizando la edición final del documento previo su ingreso a la autoridad nacional." Dijo Blum en un mail a Upside Down World.

La fábrica espera recibir el total de las piezas y maquinarias en un tiempo aproximado de tres meses, con lo que podría fabricar 100 mil toneladas de palanquilla al año, obtenidas de la fundición de dicha chatarra en la planta que será compuesta por "un horno eléctrico de arco, otro horno de afino o cuchara, un conjunto de grúas, una estación eléctrica principal, una planta de tratamiento de agua, un laboratorio espectrofotómetro y galpones." (B/N)

La problemática.

"Adelca ha convertido un sector del valle en un enorme depósito de basura y chatarra" 1

A pesar del documento mencionado, la desinformación es amplia, la aceptación del proyecto, difícil.

 Hasta el 4 de Agosto del 2006, en el taller de Alóag se realizaron varias mesas en las que se plantearon las problemáticas, las inquietudes y las actividades relacionadas con la presencia de Adelca. Las problemáticas, por su parte, van desde la salud, hasta el nivel de contaminación por ruido, pasando por los impactos socio-ambientales (enfermedades, efectos en la agricultura y ganadería, turismo, productos de exportación, uso del agua, etc), la generación de empleo y lo que sucedería si se reubica la fábrica en otro lugar, el agua y el suelo, el manejo de los desechos industriales, e incluso el cierre de la fábrica. Se pide, pues, más información y socialización del tema en todo el cantón Mejía, así como un estudio geológico e hidrológico, ante los cuestionamientos de si el agua que usará Adelca de sus pozos perforados, está o no relacionada con el agua del páramo de Llugshi o de Puichig, que son los que proveen agua a barrios como San Alfonso, y del destino del agua utilizada en la fábrica para la refrigeración. Pero una de las preguntas claves de este taller, es sobre la inexistencia de un Estudio de Impacto ambiental y, consecuentemente, de la falta del permiso del Ministerio de Medio Ambiente.

El informe ejecutivo menciona una "barrera de zarán", para mejorar el aspecto visual; pero desde la carretera, se percibe, de todas formas, fácilmente, , la parte superior del montículo de desperdicios al pasar del Obelisco en Alóag. Además, al ingresar al barrio San Alfonso, la vista se vuelve algo prácticamente dantesco, pues, pegada a viviendas humildes, junto a campos de hortalizas, se alza la chatarra por encima de la altura de los techos. 

Según el arquitecto Patricio Mena Durini, en una publicación de la Revista Blanco y Negro, "en esta superficie caben 360 viviendas de tipo rural (36 metros cuadrados), con una densidad poblacional de 300 habitantes por hectárea." Se habla, entonces, de un espacio utilizado para chatarra, y en el cual se podría desarrollar el aspecto habitacional de la población local, haciendo además uso de una tierra extremadamente fértil. Gabriel Espinosa, propietario de la Hacienda la Alegría, ganadero desde hace 19 años y dedicado a la actividad turística desde hace cuatro, afirmó, para Upside Down World que "hay división en la Parroquia (de Mejía)", al referirse a las diversas reacciones que la presencia de esta compañía ha provocado ya entre los pobladores y vecinos ganaderos y agrícolas. De acuerdo a las cifras de Blanco y Negro, dadas por Bustamante, la empresa ya cuenta con 700 empleados trabajando para Adelca. Bustamante establece que la gran mayoría de estos empleados son de la zona. Además, según datos del mismo artículo, la empresa ha ofrecido 300 puestos más; con lo cual, dicho proyecto ha recibido un entusiasta apoyo por parte de la Junta Parroquial que por ahora parece preocuparse únicamente por los posibles efectos que acarrearía la construcción y uso de los hornos de fundición, más no tanto del montículo de chatarra en sí.

Guido Valencia, presidente de dicha Junta, ha tomado una actitud opuesta a la de los ganaderos, pues afirma que las personas que se ocupan de las haciendas lo hacen desde la capital, mientras que menos de 7 personas de Alóag trabajan en dichas haciendas. (B/N).

Aunque hubo oposición inicial a la presencia del depósito, algunos de los pobladores cercanos han desistido, con la idea de que en poco tiempo no tendrán que sufrir más por la presencia de la chatarra (que será reemplazada por los hornos de fundición), pero también por no haber recibido apoyo de parte de las instituciones y autoridades.

La Señora Mónica Montatixe, del barrio de San Alfonso, dijo, para Upside Down World que la chatarra no puede "sino traer problemas". En su reflexión, casi prefiere la presencia de las florícolas, pues por lo menos "no ensucian." Hace algunos años, sin embargo, las florícolas fumigaban, en la noche, y los pobladores podían sentir el olor de los químicos. "Ahora eso ya no pasa." Dice Montatixe, pero menciona el hecho de que los trabajadores de esas florícolas, al no ser, en su gran mayoría del barrio, ensucian los caminos sin ningún respeto. "El presidente del barrio [Luis Calero], continúa Montatixe, en un principio se iba a oponer a la chatarra, pero ahora tiene a varios familiares trabajando ahí [en Adelca], así que ya no hace nada." Según la misma persona, aproximadamente 7 personas del barrio trabajan en la fábrica, sobre un total estimado de 100 habitantes.

ImageSegún otra pobladora de San Alfonso, que prefirió no dar su nombre, la familia de Calero agredió a un grupo de personas que fueron al depósito y que estaban en contra del mismo. "Uno de los problemas que nos da la chatarra, dice Montatixe, es que las casas que están ahora al lado han perdido valor. Además, tenemos ratas y moscos desde que pusieron la chatarra. Las ratas se comen todo y traen enfermedades." Montatixe menciona también la división que existe en San Alfonso y Alóag entre los que están a favor y los que están en contra de Adelca. Esta falta de unión ha hecho imposible que se realicen varios proyectos; entre esos, oponerse a la chatarra. Los pobladores del sector se encuentran disgustados ante el estado del camino de entrada al barrio desde la Panamericana. Afirman que su deterioro se da por el paso en aumento de camiones no sólo de Adelca, sino de las florícolas, y una empresa de gas y hielo, ubicadas también en el sector. Consideran que es responsabilidad de esas compañías el mantener los caminos.

La reacción de ganaderos, hacendados dedicados al turismo ("Haciendas Turísticas del Ecuador" (HTE)) y agricultores ha sido, según Espinosa, la de tomar medidas legales, con la esperanza de que se saque del lugar a la chatarra y de que no se autorice la creación de los hornos. "Detrás de ellos [de Adelca], vendrán más." Dice Espinosa, indignado ante la idea de que después de todos los años en que Adelca ha estado presente en el sector, no se haya creado ninguna conciencia por parte de pobladores y autoridades. Actualmente, se ha ordenado la suspensión de las obras, "pero de lo que se sabe- dice Espinosa- no han parado las obras físicas".

Para algunos, en cambio, la presencia de Adelca no representa una verdadera amenaza. Consideran que la empresa ha seguido fielmente las normativas de control ambiental, no sólo según los estándares ecuatorianos, sino también según normas exigentes de Europa y otros países que cuentan con un alto desarrollo industrial y urbano; y que su larga trayectoria en el valle de Machachi ha traído beneficios a la zona mejorando la calidad de vida de sus habitantes; "se trata de un proyecto honesto, responsable y "ecológico"." afirma una fuente.

"El error de Adelca fue poner la chatarra en ese sector- dice un miembro de la HTE para Upside Down World- es una mala carta de presentación para ellos, pero se puede considerar la planta de fundición como una planta de reciclaje." Además, opina que lo importante es saber cómo manejará Adelca la chatarra proveniente por ejemplo de coches nuevos cuyo motor aún tenga aceite, o aparatos que contengan sistemas de refrigeración. "Soy un ambientalista de corazón – dice- pero no creo en la oposición por la oposición."

Por su parte, Espinosa considera que Adelca no respeta las normativas de protección ambiental pues "durante 43 años han botado los desechos llamados lodos en los caminos de la zona."

Desde el punto de vista paisajístico, el impacto es obvio, la presencia de un montículo de esas dimensiones no puede sino dar un aspecto preocupante a la zona, siendo visible desde varios puntos; gente de haciendas vecinas se mostró indignada por este hecho: "es una verdadera pena el mezclar dos actividades tan diferentes," y que la una sea "tan contaminante", tanto "física como visualmente." Dijo la propietaria de una de estas haciendas.

Machahi es, por su ubicación y características naturales, una importante zona climática. Como se ha dicho anteriormente, cuenta con áreas naturales en las que conviven especies nativas de fauna y flora.

Bustamante menciona una importante corriente de aire que pasa por Alóag, y que, con sus características de corriente húmeda y "rica en oxígeno", crea una variedad de microclimas que convierten "a la zona en una "esponja" que capta el agua".  Los vientos que circulan por el valle, según un estudio realizado por Marco de la Torre, agrónomo, de la Dirección Técnica del Ministerio de Agricultura (B/N), son lo suficientemente fuertes como para arrancar partículas de óxido de los desperdicios metálicos "y de muchos tarros de pintura elaborados con plomo" que son transportadas hacia los cultivos y las viviendas cercanas.

ImageEn el mismo estudio, se declaró que entre la chatarra se había encontrado "recipientes con la inscripción de "peligro", por contener elementos venenosos", añadiendo la presencia de "un recipiente que antes contenía gas Freón 22, empleado para equipos de refrigeración" y que es conocido por su capacidad de destruir la capa de ozono y no ser degradable. La creación de los hornos de fundición provoca incertidumbre en cuanto a cómo su funcionamiento podría afectar a las características climáticas de la zona, creando una cadena de eventos negativos a nivel de la salud y el medioambiente.

En cuanto al aspecto turístico, Espinosa afirma que el potencial de la red de Haciendas Turísticas del Ecuador es el de recibir a más del doble de turistas de lo que se recibe en las Islas Galápagos cada año. Por la carretera Alóag Santo Domingo circulan miles de turistas para acceder a los destinos turísticos ya mencionados anteriormente. "La sola presencia de la chatarra es un punto grave en contra del sector turístico – comenta un morador de la zona -, esa imagen no promete un buen futuro para los recursos naturales que son los que atraen a la mayoría de los turistas."

En una carta abierta de la OMTE (Organización Mundial de Turismo Ecuestre), redactada el 16 de Agosto de 2006, el Presidente de la Organización en España, Jose Sererols i Ciutad, se dirige a los Ministros del Medio Ambiente y Turismo, así como a los Presidentes de la Cámara de Turismo, y otras autoridades de Pichincha, Cantón Mejía y Machachi, comentando el gran esfuerzo que la OMTE realiza para que el Ecuador "entre dentro de los circuitos del turismo ecuestre", y rogando a dichas autoridades que pongan "todos sus medios para preservar toda vida futura dentro de los cauces de la ecología pura, de la que hace gala su país." Pues considera que ésta será "la única manera de preservar un futuro esperanzador para la captación del turismo internacional."

Por su parte, Ligia Chadwick, representante de la misma organización en Estados Unidos, en una carta dirigida a Espinosa y en la que voluntariamente expresa su opinión al respecto, señala su incertidumbre "de ver que un país como Ecuador no es cuidado como debe ser." Chadwick se pregunta si es que "en realidad nuestros estimados políticos no se dan cuenta de lo que sacrificamos con estas decisiones" refiriéndose no solamente al proyecto de Adelca, sino también a otras actividades como la camaronera en la Región Costa. "El "nomeimportismo" es escalofriante…" continúa Chadwick, mencionando la vergüenza que siente ante esta especie de "cáncer" que termina "con la riqueza ecológica del país."

Como ya se ha dicho, el Valle de Machachi es una zona de fuente alimenticia del país, receptora turística, y de importancia climática; por lo cual, la presencia de esta planta de "reciclaje" crea controversia y genera cuestionamientos con respecto a si las autoridades dejarán venir a más empresas como Adelca a la zona en el futuro. Y la manera en que Adelca manejará la chatarra y los hornos de fundición.

Es importante tomar en cuenta las características naturales y actuales de la zona, y prever a corto, mediano y largo plazo los posibles impactos ambientales que degenerarían una importante región del país, así como las opiniones de los afectados directamente.

Ante estas circunstancias, y ante la fragilidad de los ecosistemas mundiales en la actualidad, el proyecto de una planta de fundición en un sector ecológico, agrícola, ganadero y turístico, no puede esperar, pues, ser recibido con los brazos abiertos.

Patricia Simon es una editora en UpsideDownWorld.org