Los Estados Unidos ha iniciado una ofensiva diplomática para bloquear el intento de Venezuela de ubicarse durante dos años en el puesto rotativo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En vez, los E.U están presionando fuertemente para que sea Guatemala quien tome el puesto que Argentina dejó vacante.
Los oficiales de los E.U alegan que el Presidente venezolano Hugo Chávez es una amenaza para la democracia en América Latina y que su presencia en los círculos del Consejo de Seguridad sería contra productiva para la organización mundial.
"No debería sorprender que creamos que Venezuela no contribuirá efectivamente en la operación del Consejo de Seguridad, en vista de su comportamiento a menudo disruptivo e irresponsable en fórums multilaterales," dijo el vocero del Departamento de Estado Eric Watnick.
En contraste, Washington cree que Guatemala es un "candidato viable." Los representantes del Departamento de Estado se refieren al trabajo previo de Guatemala en las N.U y su contribución en el mantenimiento de la paz como evidencia de sus cualidades.
Las Cualidades de Guatemala
El Alto Comisionado de Derechos Humanos Louise Arbour expresó preocupación, luego de su visita el mes pasado a Guatemala, con respecto a que las reformas democráticas estaban "progresando lentamente." Guatemala ha sido, por diez años, excluida de los Acuerdos de Paz de 1996 que pusieron fin a la guerra civil de 36 años que dejó como resultado más de 200,000 personas (la mayoría indígenas) muertas o desaparecidas.
"Nada puede ejemplificarlo mejor que la larga espera que las víctimas tuvieron que enfrentar después del conflicto armado para obtener justicia e indemnización," dijo Arbour. "Donde la impunidad es la regla para las violaciones del pasado, no debería sorprender que también prevalezca para los crímenes del presente."
Arbour citó una lista de problemas que asolan el país, y que incluyen: actuales amenazas y violencia inflingidas contra los derechos humanos de los trabajadores, la magra inversión del gobierno en servicios sociales (la más baja en la región), la continua discriminación y marginalización del pueblo indígena, así como el continuo incremento de homicidios. Así mismo, después de diez años Guatemala ha fallado en la adopción y refuerzo del Acuerdo de Paz de la Identidad y Derechos del Pueblo Indígena.
Las N.U no es la única que critica y expresa preocupación por el fracaso del gobierno guatemalteco al manejar y corregir la discriminación, violencia e impunidad. Amnistía Internacional publicó un reporte en Abril 2006 en el que se examina la aplicación por parte de Guatemala de la Convención de las N.U Contra la Tortura y Trato Inhumano y Castigo.
"La gran mayoría de las violaciones de los derechos humanos cometidos en el presente quedan impunes con la gran mayoría (de estas violaciones) carentes de una investigación minuciosa," declaró el reporte de Amnistía.
Preocupados por el aumento del índice de asesinatos cometidos hacia las mujeres guatemaltecas, el reporte de Amnistía se enfoca en la violencia contra la mujer y el fracaso del Gobierno de poner a los perpetradores frente a la justicia. La violencia sexual y la mutilación están asociadas con un alto porcentaje de los homicidios. Pero, a pesar del rápido aumento de estos horripilantes crímenes, no ha habido un aumento de procesos legales por parte del Estado. Amnistía cita un reporte que revela que "entre 2001 y 2005 únicamente cinco de los 1,897 casos fueron resueltos en las cortes."
Amnistía atribuye este fracaso a la discriminación de género y reporta que los fiscales y la policía a menudo culpan a las víctimas y las acusan falsamente de ser prostitutas o miembros de pandillas. La incapacidad del Gobierno de procesar efectivamente estos asesinatos y el subsiguiente sufrimiento que esto inflige a las familias de las víctimas se suman a las violaciones de la convención de las N.U.
Además, Amnistía planteó inquietud con respecto a las políticas del gobierno guatemalteco de demolición de hogares y desalojos violentos de los campesinos como medio para resolver los problemas de las tierras. Guatemala contó 1,052 reclamos de tierras disputadas en Diciembre de 2005. En el pequeño país centroamericano, menos del dos por ciento de la población posee 60 por ciento de la tierra. Esta disparidad en la propiedad de la tierra resultó de políticas de tenencia de tierra llevadas a cabo por dictaduras sucesivas durante la guerra civil del país y que provocaron desplazamientos internos generalizados de los grupos rurales pobres de Guatemala. El Centro de Monitoreo Internacional de Desplazamiento, una organización internacional que monitorea los conflictos producidos por desplazamientos internos, estima que casi un millón de personas han sido desplazadas en Guatemala, la mayoría de ellas, indígenas.
Bajo la actual presidencia de Oscar Berger, un antiguo hombre de negocios y adinerado propietario de tierras, forzó desalojos marcados por la violencia, incendio de casas y demoliciones, usadas para resolver estas disputas. No solo es esta cantidad de violaciones de la Convención contra Tortura, sino que también se fracasa en el encuentro de las obligaciones bajo los Acuerdos de Paz que garantizan la redistribución de las tierras y el reasentamiento para la gente pobre desarraigada durante la guerra. Además, los derechos humanos y los activistas indígenas han sufrido amenazas, ataques y ejecuciones.
La propensión de Berger a la violencia como solución de los conflictos fue nuevamente expuesta en enero 2005 a causa de una disputa sobre un proyecto minero del Banco Mundial. Los manifestantes indígenas levantaron barricadas para evitar que Glamis Gold de Canadá trajera su equipo minero. Berger envió a los militares y a la policía, quienes abrieron fugo contra dichos manifestantes matando a una persona e hiriendo a docenas. Como lo señalaron los comisionados de Derechos Humanos de las N.U, en vista de las reglas de impunidad por crímenes pasados, la situación actual en Guatemala no debería sorprender.
Según Amnistía Internacional, "Aquellos responsables de la violación de los derechos humanos en el pasado incluyendo políticas de tortura sistemática, "desapariciones" forzadas y genocidio quedan, ampliamente, impunes por sus acciones, y en algunos casos disfrutando de influencias políticas considerables en la actual Guatemala."
Un ejemplo notable es el de Efrain Rios Montt, el militar que se convirtió en presidente en 1982 después de lanzar un golpe militar. Una vez en el poder, Montt, con el asentimiento de Washington, empezó una campaña arrasadora contra la población Maya que mató y "desapareció" a miles de indígenas. En años recientes, Montt ha servido como cabeza del Congreso y se lanzó para presidente en 2004 antes de perder contra Berger.
Retórica y Realidad
Las preocupaciones de los E.U sobre la intención de Venezuela no tienen nada que ver con la democracia y el respeto de las leyes internacionales. De lo que se trata es del deterioro de la influencia de Washington sobre la región, su habilidad de control globalizado y la aquiescencia institucional de la NU en mantener una jerarquía global marcada por la violencia, la discriminación y la impunidad – similar a lo de Guatemala.
Las recientes elecciones por toda la región han dejado a muchos líderes en Washington (corporativos y políticos) recordando los viejos buenos tiempos cuando se podía contar con los jefes de Estado de América Latina para introducir reformas neoliberales y la política exterior de apoyo de los E.U, aún cuando esto significara que esos mismos líderes tuvieran que usar la violencia y la opresión. El antiguo Dictador chileno, Augusto Pinochet y el mencionado anteriormente Montt son buenos ejemplos.
Los líderes que representan a la nueva América Latina como Chávez de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, y en menor grado, Néstor Kirchner de Argentina y Luiz Inacio Lula da Silva del Brasil son una amenaza a la actual jerarquía global dirigida por Washington y apoyada por las NU. Se espera que estos países, junto con Uruguay y Paraguay, apoyen la intención de Venezuela de ocupar el puesto vacante. Los E.U usando presión diplomática instan a Chile, visto como voto crítico, a empujar a Guatemala hacia el puesto mencionado. Pero si las elecciones de la OAS (por su nombre en inglés) de 2005 donde los E.U apoyó al candidato perdedor de Chile José Miguel Insulza es un indicador, Washington puede estar a punto de llevarse otra decepción, y una dosis de realidad.
Y aunque el Consejo de Seguridad no hace todo lo que viene desde Washington, como la guerra en Irak, la guerra de todas maneras sucedió (en violación a los estatutos de las N.U) más de 100,000 Iraquíes han muerto y el gobierno de los Estados Unidos aún queda impune. Otros crímenes de las N.U que vienen a la mente son las sanciones que dejaron más de 500,000 niños iraquíes muertos, y más recientemente su apoyo al golpe de estado en Haití y el uso de grupos de muerte en ese país
Las elecciones en Venezuela para el Consejo de Seguridad podría tranquilamente ser un desafío para este sistema inhumano y esta jerarquía global de los cuales las naciones más pequeñas se han convertido en la presa. Se teme que la franqueza y las duras críticas del gobierno venezolano dirigidas a la política exterior de los E.U puedan ser contagiosas. Chávez ha señalado incluso a las NU por sus fracasos institucionales.
En Septiembre 2005 habló ante las N.U y exigió una "re-estructuración" de la organización. Parte de los cambios institucionales que sugirió fueron el de eliminar el derecho de veto y el expandir el Consejo de Seguridad para incluir naciones recientemente desarrolladas y naciones en vías de desarrollo.
Es por esto que Washington objeta la candidatura de Venezuela.