La Minería por los Subsuelos: Desempleo y Crisis en el Perú

En noviembre del 2007, el ministro de Economía, Luis Carranza sostuvo que la “coyuntura extraordinaria de precios de minerales altos…puede durar 10, 15 ó 20 años”[ii].  Asimismo, aseguró que el mundo estaba atravesando por un largo período de crecimiento económico.

Calculó mal.

Se desplomó Wall Street, miles de personas quedaron sin casa y trabajo en Estados Unidos y Europa, quebraron los bancos y las grandes empresas automotrices.  La Bolsa de Valores de Lima entre enero del 2008 y 2009 perdió dos tercios de su valor.

A nivel mundial, el cobre que se cotizaba en junio del 2008 a US$4 la libra, ahora está en casi US$1[iii].  El zinc, que llegó a cotizarse en US$2 la libra a finales del 2006 está hoy en US$0.50[iv].  Lo mismo sucedió con el plomo.  Bajaron también la plata, el estaño y el molidebno, necesario para fortalecer el acero.  El único metal que se mantiene en la alza es el oro porque es una reserva de valor.

Desde los últimos meses del 2008, fatídicos en la sucesión de colapsos financieros y empresariales, se vieron hasta el hastío las muecas de dolor de los operadores de todas las bolsas de valores el mundo, apretujándose las caras, jalándose los pelos, tendidos derrotados contras sus asientos, alzando sus manos al cielo, implorando; grandes ejecutivos llorando y banqueros regresando a sus casas resignados.

La contracara del drama de los grandes financistas y empresarios en desgracia son los once millones de desempleados de Estados Unidos[v].  La marejada de desempleo recién se está comenzando a sentir en el Perú entre los trabajadores textiles, de agroexportación y minería.  La Sociedad Nacional de Industrias ha calculado que 300 mil personas perderán sus trabajos en el 2009[vi].

Pa’ fuera, pa’ la calle

En el sector minero peruano, los ocho mil desocupados forman parte de una fuerza laboral que en su pico máximo en el 2008 era de 130.000, aproximadamente[vii].  Dos tercios de estos trabajadores son tercerizados, contratados por las compañías mineras a través de empresas especializadas. Precisamente, son éstos cuyos contratos a plazo fijo no están siéndoles renovados y están formando una creciente masa de desempleados.   

“Las empresas toman una postura bien fácil: si quieren disminuir costos para mantener una cierta competitividad, afectan al sector laboral, el lado más débil de la cadena productiva”, sostuvo Felipe Vargas, asesor económico de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú (FNTMMSP)[viii].

La Federación Minera está contabilizando la no-renovación de los contratos a plazo fijo como “despidos”, mientras que técnicamente no lo son.  De acuerdo a la ley, una empresa está en su derecho de no renovarle el contrato a un trabajador una vez que éste haya vencido.  Sin embargo, lo que revela el creciente número de trabajadores mineros cesados -llámense despedidos, o no— es una ralentización económica en el sector.

“Hoy día se protegen las empresas para el período 2009-2012…y ya se están viendo los problemas. Los principales consumidores son las fabricadoras de automóviles y electrodomésticos en China y como no tienen órdenes de pedidos de nuevos productos, no van a demandar más minerales.  Las operaciones programadas por las mineras van a cancelarse…y van a dejar de contratar a los que tienen trabajos temporales o flexibles”, explicó Limberg Chero, economista del Programa Laboral de Desarrollo (Plades)[ix].

Y una crisis minera no es como si hubiera una menor demanda mundial por peces amazónicos de colores.  Todo lo contrario. La actividad minera es central dentro de la economía peruana: los minerales conformaron el 60% del valor de las exportaciones peruanas en el 2008[x].  Lo más grave es que se estima que durante el primer trimestre 2009 habrá 30-40% menos órdenes de compra de las que había, y en el caso del cobre, la demanda se reduciría en un 80%[xi].

Por ejemplo, las acciones de Southern Copper que en la bolsa de Nueva York se cotizaban en casi US$100 a comienzos del 2008, hoy ni siquiera llegan a los US$15.  Un caso similar ha sido el de Buenaventura, cuyas acciones en el último año han perdido dos tercios de su valor en Wall Street.

Y si los ricos también lloran, en los asientos mineros se ha comenzado ha sentir el llanto.  La congresista María Sumire contó: “Justo ayer una compañera esposa de un minero llorando me dijo, ‘En Cerro de Pasco están despidiendo.  Y no dicen por qué’. Sino que un día el esposo va al trabajo y le cerraron la puerta y el señor vigilante le dice, ‘tú no entras, tú no entras’.  Había 100 personas paradas y sin explicación.  Les dijeron que corran a recibir sus cheques”[xii].

Ya comienzan a replicarse casos como estos entre las principales mineras del Perú.  Desde Cerro de Pasco, “Ciudad Real de las Minas”, Gonzalo Cristóbal, secretario de defensa de la Federación de Trabajadores de Volcan, Compañía Minera, ha informado sobre los despedidos hasta la fecha: “De contratados directos por la empresa estamos hablando en promedio de unos 200 trabajadores.  De las empresas especializadas un promedio de 2000 trabajadores dejaron de prestarle servicios a Volcan porque la empresa rescindió contrato con sus empresas contratistas”[xiii]. 

Volcan ha cancelado la mitad de los contratos con las 64 empresas que le brindaban servicios y, a su vez, ha suspendido la explotación a tajo abierto que carcome la ciudad de Cerro de Pasco y las exploraciones para ampliar éste[xiv].
La contracción en la actividad minera de Volcan se ve reflejada desde el tercer trimestre 2008, en que la compañía reportó ganancias netas de US$35 millones.  Es decir, 66% menos que las obtenidas en ese mismo período en el 2007[xv].

De acuerdo a la relación de la Federación Minera, entre las empresas con más trabajadores cesados se encuentran Yanacocha (800 personas), Sider-Perú (600), Doe Run en su Unidad Cobriza (457), la Minera Rosaura-Quenuales (370), Cerro Verde (300) la empresa Huallanca en el asiento minero Pucarrajo en Áncash (246) y Tuneleros del Perú-Argentum Pan American Silver en la Provincia de Yauli en Junín (200)[xvi].  

Aquí no pasa nada

Por su parte, Víctor Andrés Belaunde, gerente de asuntos institucionales de la Empresa Minera Doe Run, ha declarado al respecto: “Hay contratistas cuyos contratos han expirado el 31 de diciembre y que debido a la nueva situación económica sus servicios ya no eran necesarios…No ha habido despidos de personal por parte nuestra… La compañía, por el contrario, tiene como una de sus prioridades en estos momentos adoptar medidas para defender el empleo de nuestros 3,700 trabajadores (85% de la fuerza laboral)[xvii].

En la lista elaborada por la Federación Minera figuran 65 trabajadores desvinculados de la Compañía de Minas Buenaventura.  Según Carlos Gálvez, gerente de finanzas de esta empresa minera: “El caso de [la mina] Uchucchacua no se relaciona a la desaceleración económica mundial. Simplemente 13 personas de contratas han terminado su contrato.  En el caso de [la mina] Antapite se han reducido 65 personas y tampoco obedece a ninguna crisis mundial, sino que las comunidades se oponen a que nosotros sigamos explorando la zona”[xviii]. 
 
Otro caso emblemático fue el de Aceros Arequipa, empresa que a finales del 2008 intempestivamente decidió darle vacaciones masivas a 1500 de sus trabajadores.  Pese a que persistan los rumores que hay un sobrestock debido a la poca demanda mundial, Luis Otárola, jefe de administración de personal en la planta de Pisco de Aceros Arequipa, insistió: “No ha habido ningún tipo de reducción de personal… Solo hemos tenido una parada de planta en el mes de diciembre por un tema de mantenimiento.  Hemos reiniciado nuestras actividades normales a partir del 12 de enero.  De momento, todo se está produciendo con normalidad”[xix].
 
Pero, se acabó la fiesta

Se encendieron las luces y mientras la borrachera de aquella mentada bonanza macroeconómica amaina, salen a relucir los problemas de fondo.  Mientras que en 1993 había 33 mil trabajadores contratados directamente por las mineras, en el 2006, solo había 38 mil en este rubro.  En este mismo período y, en particular, durante el apogeo de los precios de los metales, la cifra de trabajadores contratados mediante la intermediación laboral fue de 9.500 hasta 72 mil[xx]. 

“En los períodos de crisis se ve lo perjudicial que resulta para el bienestar de la población este tipo de difusión de trabajos temporales.  Son condiciones precarias de trabajo y los efectos hoy son más negativos a que si tuvieran otro régimen laboral.  Hay una falta de previsión del Ministerio de Trabajo y de las leyes, en un país cuyo gobierno debería defender los derechos de los trabajadores o el bienestar de la población y no lo está haciendo en términos amplios”, subrayó Limberg Chero, economista del Programa Laboral de Desarrollo.
 
En la actualidad, están entrampadas las iniciativas para revertir el status quo en la legislación laboral y atender los más urgentes reclamos de los trabajadores mineros.  Desde hace más o menos ocho años se vino discutiendo la Ley General del Trabajo en el seno del Consejo Nacional de Trabajo, y hoy debería debatirse en el Congreso, hecho que aún no se consuma.  En el Parlamento también están esperando ser debatidos los proyectos de ley relacionados a la jubilación minera y el reparto de utilidades entre los trabajadores.
 
Por ello, Luis Castillo, secretario general de la Federación Minera, ha señalado que entre sus principales demandas se halla la reposición de todos los trabajadores despedidos desde noviembre del 2008, la aprobación en el Congreso de los proyectos de ley que involucran al sector minero y establecer mecanismos de negociación entre las empresas mineras y su fuerza laboral para que no sigan produciéndose reducciones de personal.
 
Por su parte, el viceministro de Trabajo, Augusto Eguiguren, considera “irrealizable” la reposición de los trabajadores cuyos contratos no han sido renovados[xxi].  Mientras se va materializando el fantasma de la desocupación en el Perú, Eguiguren señala la urgencia de implementar cuanto antes un plan de reconversión laboral que coloque a los desempleados de un sector en otras actividades más dinámicas de la economía, tal como la construcción.   
 
Sin embargo, el viceministro de Trabajo advirtió: “Si el gobierno no hace un programa fuerte en el que las empresas inviertan más, produzcan más, y que la gente que se quede sin trabajo pueda conseguir un puesto de trabajo o “reconvertirse”, después habrá que llorar”[xxii].
 
En un país en que los grandes proyectos de inversión demoran 5 años en promedio para ser aprobados[xxiii], esta extraña ciencia tramitológica deberá ceder ante una coyuntura internacional adversa que ya está golpeando al Perú.  Los trámites y la burocracia son lugares comunes dentro de la administración pública peruana: hay dos mesas de diálogo para resolver los reclamos del sector minero, una con el Ministerio de Trabajo y otra con la Presidencia del Consejo de Ministros; hay también una Comisión Multisectorial anticrisis del Ejecutivo, y otra en el Parlamento. Hasta ahora, no se producen avances hacia la implementación de soluciones concretas.
     
Hay crisis para todos

Dada las interconexiones de la globalidad, la creciente desocupación en el sector minero no se trata de un fenómeno aislado.  Muchas empresas mineras están cerrando sus operaciones y reduciendo su personal en todo el mundo, alentadas también por el súbito cataplum del boom de la construcción en China.  Aquello se ve en Sudáfrica, Australia, Canadá, Rusia y en América Latina[xxiv].

Se ha paralizado la producción en la minas de carbón en Samacá, Colombia, y las siderúrgicas de Boyacá en ese país también están reduciendo costos, entre éstos, a su personal[xxv].  En Venezuela, los trabajadores en el sector del aluminio están organizándose ante los despidos que se han producido[xxvi].

A comienzos de año, la tercera productora mundial de aluminio, la minera Alcoa, anunció que durante el primer trimestre 2009 recortará 13.500 puestos de trabajo —13% de su plantel—, disminuirá la producción y cerrará varias plantas como parte de su plan anticrisis[xxvii].     

La subsidiaria, Sinchi Wayra, de la empresa transnacional Glencore ha reducido el número de sus trabajadores en Bolivia, y como no es la única minera que ha hecho lo mismo, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros en ese país realizó una huelga durante la primera quincena de enero 2009[xxviii].  Las empresas subsidiarias de Glencore en el Perú, Los Quenuales y Perubar, también han hecho substanciales reducciones de personal.  

¿El Perú avanza?

Por más que el gobierno de Alan García asegure que el país está “blindado” de la recesión económica en el mundo, la realidad es que se desacelerado la actividad minera, así como el sector agroexportador y las textiles.  Hoy, se ha aplazado 21 proyectos mineros, reducido 22 y paralizado 11[xxix]. 

Cuando el crack de 1929, para el año siguiente ya se había acabado la época de bonanza que vivía el Perú.  El “nuevo Perú” y su constructor, Augusto B. Leguía, llegaron a su fin.  Al igual que en aquel entonces, uno de los sectores más susceptibles a la crisis de desempleo fue el minero: de los 32.321 trabajadores que había en 1929, para 1932 más de la mitad estaba sin trabajo (14,197)[xxx]. 

La rapidez con la que hoy se propaga el desempleo entre los trabajadores mineros los llevará a otra huelga nacional, probablemente en marzo.  Y como ése no será el único rubro afectado, el Perú sufrirá este año los consecuentes espasmos de descontento desde distintos sectores de la sociedad. Con la profundización de la crisis mundial, pareciera existir una frágil línea entre ser una economía emergente y una economía en emergencia.

[i] Datos de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú (FNTMMSP), 27.01.2009.
[ii]  “MEF: Precios de Minerales seguirían altos por 15 años”, Diario Gestión, 20.11.2007.
[iii] Infomine.
[iv] Infomine.
[v] Louis Uchitelle, “Jobless Rate Hits 7.2%, a 16-Year High”, The New York Times, 9.01.2009.
[vi] Mariela Balbi, “SNI calcula que cerca de 300 mil peruanos perderán su empleo el próximo año”, El Comercio [Perú],  14.12.2008.
[vii] Luis Castillo, secretario general de la Federación Minera, en entrevista realizada el 14.01.2009.
[viii] Entrevista realizada el 14.01.2009.
[ix] Entrevista realizada el 16.01.2009.
[x] Hugo Palomino Glener, “Perú: Exportación de minerales en el 2009”, La Industria, 23.01.2009.
[xi] Limberg Chero, economista de PLADES, en entrevista realizada el 16.01.2009.
[xii] Entrevista realizada el 16.01.2009.
[xiii] Entrevista realizada el 21.01.2009.
[xiv] Raúl Mayo, “La minera Volcan paraliza explotación a tajo abierto en Pasco”, El Comercio [Perú], 6.01.2009.
[xv] “Volcan Reports Earnings Results for the Third Quarter of 2008- Key developments for Volcan Compania Minera SA (VOL_PB)”, Business Week, 30.10.2008.
[xvi] “Relación de trabajadores despedidos arbitrariamente en el sector minero a nivel nacional 2008-2009”, Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú (FNTMMSP), 14.01.2008.
[xvii] Entrevista realizada el 21.01.2009.
[xviii] Entrevista realizada el 23.01.2009.
[xix] Entrevista realizada el 23.01.2009.
[xx] Armando Mendoza, “Minería y creación de empleo: Luces y sombras”, Actualidad Económica, Setiembre 2007.
[xxi] Entrevista realizada el 19.01.2009.
[xxii] Ibídem. 
[xxiii] “Proyectos de inversión pasan 5 años en trámites”, El Comercio [Perú],  23.01.2009.
[xxiv] Patrick Barta (en Bangkok), Andrew Batson (en Pekín) y Robert Guy Matthews (en Washington), “Las mineras pasan en meses del auge al repliegue más abrupto de su historia”, The Wall Street Journal Americas en La Nación [Argentina], 17.11.2008.
[xxv] “Crisis mundial comienza a afectar los renglones de la economía de Boyacá”, El Tiempo [Colombia], 8.01.2009.
[xxvi] “Sindicatos del aluminio prometen responder en tiempos de ‘crisis'”, Correo del Caroní, 9.01. 2009.
[xxvii] “Por la crisis, la minera Alcoa recortará 13% de su personal”, La Nación [Argentina], 01.01.2009.
[xxviii] Eduardo García, “Mineros en Bolivia planean huelga viernes por despidos”, Reuters, 8.01.2009.
[xxix] Balbi, op. Cit. 
[xxx] Carmen Rosa Balbi, del Extracto Estadístico del Ministerio de Hacienda en El Partido Comunista y el APRA, G. Herrera Editores, Lima: 1980, p. 27.