Fuente: Desinformémonos
Visionario, estratega militar y organizador de pueblos, son algunas de las características del nuevo subcomandante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Conocido en los primeros días de enero de 1994 como Mayor Moisés, pasaría en 2003 a ocupar el cargo de Teniente Coronel. Hoy es presentado por el subcomandante Marcos, jefe militar y vocero zapatista, como el nuevo subcomandante de las fuerzas insurgentes.
“Queremos presentarles a uno de los muchos él que somos, nuestro compañero Subcomandante Insurgente Moisés. Él cuida nuestra puerta y en su palabra también hablamos los todos y todas que somos. Les pedimos que lo escuchen, es decir, que lo miren y así nos miren”, señala el subcomandante Marcos al hacer público el nuevo nombramiento.
Moisés es uno de los mandos insurgentes más conocidos en la vida pública del EZLN. El 16 de febrero de 1994, durante la entrega del general Absalón Castellanos, prisionero de guerra del EZLN, se le vio por primera vez encabezando lo que sería la inauguración de los actos públicos zapatistas después del inicio de la guerra. Un acto lleno de simbolismos con el que concretó el canje del exgobernador de Chiapas, conocido por sus actos despiadados, por cientos de zapatistas tomados presos durante los primeros días de la guerra. Acto que fue aprovechado para hacer la presentación ética de un movimiento que lo condenó a cargar con el perdón de aquéllos a quienes humilló, encarceló y asesinó.
“He venido a entregar al prisionero de guerra, que es el general Absalón Castellanos Domínguez. En breves palabras: El Ejército del Pueblo, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, ha cumplido como entre guerreros y rivales. Vale el honor militar, como único puente. Sólo lo usan los hombres verdaderos. Los que con honor pelean, hablan con honor”. Estas fueron las primeras palabras que se escucharon del entonces mayor Moisés, en uno de los actos más emotivos de estos 19 años de lucha: la primera presentación de las bases de apoyo zapatistas en Guadalupe Tepeyac
El subcomandante Moisés llegó a la organización zapatista, como él mismo lo ha contado, en 1983. De origen tzeltal, al inicio le tocó ubicarse en “la ciudad” como parte de su preparación y ahí, en una casa clandestina, conoció al subcomandante Pedro, quien después sería su mando, y de quien se convertiría en su brazo derecho. Y posteriormente hombre muy cercano al subcomandante Marcos. Moisés es uno de los que van abriendo los pueblos de la cañada tojolabal de Las Margaritas. Visita pueblo por pueblo, familia por familia, explicando los motivos de la lucha.
De baja estatura y enorme corazón y visión política, ataviado siempre con su sombrero militar negro, dueño de un sentido del humor que hace honor a los tzeltales de la profundidad, a Moisés le tocó la retirada al lado de Marcos durante la traición de gobierno del 9 de febrero de 1995, razón por la que mucha de la literatura producida en ese periodo los contempla siempre juntos, como su escudero.
Testigo de uno de los últimos encuentros entre el subcomandante Marcos y el sobcomandante Pedro, su segundo al mando militar, Moisés narró que los dos mandos discutían porque ambos querían salir a la guerra. Y los dos decían que el otro tenía que quedarse, por si uno caía, el otro le tenía que seguir. Salieron los dos, el primero a la toma de San Cristóbal de las Casas y el segundo a Las Margaritas, donde fue muerto en combate en la misma madrugada. En ese momento, con el descontrol de las tropas insurgentes, el ahora nuevo subcomandante asumió el mando y control del operativo en la región.
Más adelante, luego de la entrega del general Absalón, de los diálogos de Catedral y de la apertura del territorio en rebeldía a la sociedad civil y a la prensa, la gran mayoría de las actividades públicas zapatistas se trasladaron a la cañada tojolabal, donde el subcomandante Marcos aparecía regularmente junto al aún mayor Moisés y al comandante Tacho, entre otros mandos militares y civiles de la región.
Durante esos primero meses y años, Moisés, además de sus labores al interior de la organización, se presenta como el interlocutor con buena parte de la sociedad civil nacional e internacional; ofrece entrevistas de prensa explicando los inicios de la lucha zapatista, el contenido y motivo de sus iniciativas políticas y pacíficas y, más adelante, el funcionamiento de las Juntas de Buen Gobierno, de las que es promotor de su primer antecedente, la Asociación de Municipios Autónomos.
En 2005, con la salida de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, es nombrado por la Comandancia General como encargado de los asuntos internacionales, en una comisión conocida como “La Intergaláctica”. Durante ese periodo, mientras el delegado Zero recorre el país con La Otra Campaña, el entonces Teniente Coronel recibe las visitas provenientes de otros países y envía saludos a encuentros internacionales.
Abierto, conocido por su paciencia y disposición, en ocasión del 20 aniversario del nacimiento del EZLN, declaró: “Nosotros de por sí tenemos el modo de que primero hacemos la práctica y después la teoría. Y así fue, después de la traición, cuando los partidos políticos y el gobierno rechazaron el reconocimiento de los pueblos indios, empezamos a ver cómo es que le vamos a hacer”.
Sin duda el subcomandante Moisés puede, con orgullo, suscribir sus palabras: “Yo pienso que si hay que ser revolucionario hay que serlo hasta lo último, porque eso de que uno no llegue a sus consecuencias o deje abandonada a la gente y esas cosas, pues no se vale. Nosotros los luchadores, los otros hermanos de otros estados, de este mismo país México y del mundo, necesitamos asumir eso….”. Y él lo asume.