Fuente: Noticias Aliadas
Aunque no existen condiciones, transnacional producirá aluminio aprovechando energía hidroeléctrica barata.
Paraguay no posee yacimientos de bauxita, ni los insumos necesarios —brea, coke calcinado, alquitrán y combustibles— para producir aluminio en lingotes; tampoco mano de obra calificada, ni puertos para exportar, ni menos un mercado donde venderlo. Sin embargo, la transnacional electrointensiva Rio Tinto Alcan pretende instalarse en el país para aprovechar la energía hidroeléctrica.
Así lo aseguran integrantes de la Campaña “No al Golpe de Rio Tinto Alcan”, dirigida a reunir 100,000 firmas contra la instalación de Rio Tinto Alcan. La primera parte de la campaña lanzada en julio, culminó el 28 de noviembre con una jornada de movilización en Asunción, la capital, en la que se entregaron 24,480 firmas al Ministerio de Industria y Comercio con copias al Congreso Nacional, que reclaman el cese de las negociaciones. Toda inversión que tenga un impacto tan importante como la que se pretende instalar debe ser consultada a la ciudadanía.
Rio Tinto Alcan es la segunda mayor productora de aluminio del mundo, actividad considerada electrointensiva porque más del 30% de su costo de producción corresponde a la energía eléctrica. La empresa, cuya sede principal se encuentra en Canadá y cuenta también con capitales británicos y australianos propone producir 670,000 TM de aluminio, para lo cual importará el 100% de la materia prima en su mayoría de Brasil y utilizará 1,100 MW de potencia en forma constante, lo que equivale a 9,600 GWh/año, mientras que la industria nacional consume menos de una sexta parte de esa energía (1,623 GWh/año), aseguran los técnicos de la campaña “No al Golpe de Rio Tinto Alcan”.
“Lo que en Paraguay hay mucha es energía hidroeléctrica, indispensable para el proceso productivo, y lamentablemente hay funcionarios complacientes dispuestos a entregarla por la casi mitad de su valor mínimo, por 30 años, renovable por 20 años más. Este trato obligará a todos los habitantes de Paraguay a pagar la otra mitad de su consumo eléctrico, ya sea con aumentos de la tarifa eléctrica, como sucedió en Brasil, o con mayores impuestos y reducción del gasto público. Esto equivale, en 20 años, a US$3.5 millardos, es decir, ocho veces la deuda externa paraguaya, sólo para que Rio Tinto Alcan encuentre el ‘clima adecuado’ para invertir en Paraguay”, asegura a Noticias Aliadas Sarah Zevaco, integrante de la campaña.
Además, Rio Tinto Alcan ha puesto una serie de condiciones para instalarse en Paraguay: exige al Estado paraguayo construir un puerto y terminal logística para recibir las materias primas que provendrán de Brasil y para exportar los lingotes de aluminio que producirá hacia los centros fabriles para convertirse en autopartes, aviones, cables, cacerolas, latas y otros productos procesados, así como una línea de 500 kW desde las hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá —que Paraguay comparte con Brasil y Argentina, respectivamente— hasta la fábrica, y el dragado del río Paraná para buques de gran calado.
El costo de estas obras públicas fue estimado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones entre $700 millones y $1 millardo. En cuanto a la cuestión de quién paga estas obras, los representantes del Ministerio de Industria y Comercio plantearon gestionar un préstamo con el sector privado y asociarse con Rio Tinto Alcan para su cumplimiento. Se calcula que la planta de Río Tinto Alcan consumirá el 60% del consumo anual nacional de electricidad, es decir el 47% de la energía eléctrica que produce el país pagando menos de lo que vale durante 30 años, la empresa importará el 100% de los insumos y exportará la totalidad de su producción.