Traducido por Angel Ricardo Martinez Benoit
Publicado en La Estrella de Panama
El día del trabajo en Paraguay estuvo marcado por el retorno al país de Sabino Montanaro, ‘mano derecha’ del dictador Stroessner, después de 20 años exiliado en Honduras.
Trabajadores y activistas se reunieron en la Plaza Central de Asunción el Primero de Mayo para conmemorar el Día Internacional del Trabajador.
El presidente paraguayo Fernando Lugo celebró el día subiendo el salario mínimo en un 5%, la mitad de lo que los sindicalistas presentes exigían. Pero otra noticia marcó el tono de esta reunión anual: el retorno a Paraguay de un ex ministro de la dictadura que orquestó el asesinato y la tortura de miles de disidentes políticos.
En las primeras horas del primero de mayo, Sabino Augusto Montanaro, el ministro del Interior durante la represiva dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), regresó a su país después de 20 años en Honduras. Los médicos dicen que Montanaro, de 86 años, sufre de senilidad y la enfermedad de Parkinson. El abogado del ex ministro, Luis Troche, dijo que su cliente no regresó al país para pedir disculpas por sus crímenes o enfrentar la justicia, sino que lo hizo porque "de acuerdo a la ley paraguaya, él es demasiado viejo para ir a la cárcel".
‘MANO DERECHA’ DEL DICTADOR
Montanaro sirvió como ministro desde 1966 hasta el final de la dictadura, y jugó un papel clave en la represión del régimen, dirigiendo el secuestro, tortura y asesinato de los oponentes políticos de Stroessner. Ahora, a su regreso a Paraguay, enfrenta varios cargos criminales, y a miles de ciudadanos iracundos, muchos de los cuales protestaron su regreso al país y exigen su encarcelación.
Martin Almada, abogado de derechos humanos y ex prisionero político, descubrió documentos que prueban que Montanaro jugó un papel fundamental en la Operación Cóndor, una red unificada e transfronteriza de represión coordinada por las dictaduras militares de la región durante los años 70s y 80s.
Stroessner murió en Brasilia (2006) a la edad de 93 años sin enfrentar a la justicia por la represión que tuvo lugar durante su gobierno, que incluyeron la desaparición de unas 400 personas y la tortura de unas 18,000, de acuerdo a la Comisión de Justicia y Verdad. El obispo paraguayo, Mario Melanio Medina le dijo al periódico ABC Color que Montanaro fue la "mano derecha" de Stroessner y el "primero al mando" después del dictador.
BALAS DE GOMA Y MEMORIA
Alrededor del mediodía en mítin del 1 de mayo, unos 1,000 manifestantes comenzaron a marchar hacia el hospital privado en el que se encontraba Montanaro. Golpeando tambores y gritando cantos políticos, los manifestantes caminaron por varias calles que, debido al día feriado, se encontraban vacías. Los cantos y el sonido de los tambores aumentaron su volumen cuando la marcha pasó por la sede del Partido Colorado, el partido de Stroessner que perdió el poder que llevo por 60 años con la elección de Fernando Lugo en 2008.
La marcha alcanzó su clímax al llegar al hospital. Docenas de policía antidisturbios rodearon el edificio, creando una pared con sus escudos metálicos para proteger al ex ministro mientras cientos de víctimas de la represión de Montanaro —y sus familiares— protestaban fuera del hospital, exigiendo justicia.
Cuando el grueso de los manifestantes llegó al hospital, un grupo cargó contra la puerta principal, tratando de romper la línea policial. La Policía respondió de manera brutal y dejó a un hombre ensangrentado y aturdido.
JUEZ ORDENA TRANSFERENCIA
A medida que el número de manifestantes fuera del hospital aumentaba, corrió la noticia de que un juez ordenó la transferencia de Montanaro del hospital privado a un hospital policial.
Los manifestantes respondieron reuniéndose alrededor de la salida lateral por la que salen y entran las ambulancias. La Policía formó otro muro en esta sección del hospital para proteger la ambulancia de Montanaro y permitir su transferencia segura.
Cuando se abrieron las puertas, y la ambulancia que transportaba a Montanaro comenzó a irse, la policía cargó contra los manifestantes, golpeándolos con bastones y escudos. Los manifestantes respondieron tirando piedras a los policías y a la ambulancia. Un grupo consiguió llegar a la ambulancia, rompiendo sus ventanas con piedras mientras la represión policial aumentaba y la ambulancia aceleraba. La Policía dispersó a la multitud disparando balas de goma que hirieron a varias personas.
Más tarde tuvo lugar una vigilia que congregó a cientos de personas frente al hospital policial. "Nosotros, los familiares de las víctimas, vamos a montar una vigilancia especial para que este criminal no tenga privilegios ni lugar donde esconderse, o argumentar que está loco para evitar la justicia", dijo Rolando Goiburu, hijo del Dr. Agustín Goiburu, desaparecido durante la dictadura de Stroessner, de acuerdo a la agencia EFE.
LUGO PROMETE JUSTICIA
Más temprano, el presidente Lugo se había apersonado para hablar con los manifestantes. Lugo habló del retorno de Montanaro: "les prometo que habrá justicia. Los errores de gobiernos anteriores no serán repetidos, y no habrá privilegios para nadie". El presidente le dijo a los manifestantes afuera del hospital que "esta es una buena oportunidad para recuperar la memoria histórica".
Judith Rolón, hija de Martín Rolón, un desaparecido durante la dictadura de Stroessner, dijo que Montanaro,"no tendrá paz hasta que diga donde están los desaparecidos".