Los pueblos indígenas de El Salvador conmemoraron en el municipio de Izalco, al occidente del país, 78 años de la masacre de 30 mil campesinos, campesinas e indígenas asesinados durante la insurrección popular de 1932.
Era el tiempo de la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez, contra él se sublevó el pueblo inconforme con la injusta distribución de las riquezas y contra éste pueblo arremetió el dictador con una de las peores matanzas del continente el 22 de enero de 1932.
“Después de ésta masacre la comunidad indígena se redujo considerablemente en el país, muchos de ellos cambiaron sus hábitos por temor a ser asesinados y muchas costumbres se fueron dejando en el olvido” relató el guía espiritual “Tata” Juan.
78 años después, en el lugar conocido como “El Llanito” donde están sepultadas muchas víctimas de la masacre, se realizó una ceremonia indígena para “rendirle tributo a todos los caídos que murieron inocentemente”.
“Naja nusan matiguagua su 1932 matachiwa” exclamaban en el idioma Nahuat algunos sacerdotes indígenas, frase que traducida al castellano significa: Nunca olvidaremos a los mártires de 1932.
El Concejo Coordinador Indígena Salvadoreño (CCNIS) y la Fundación Ama coordinaron estos actos conmemorativos el 22 y 23 de enero en Izalco, pidiendo al estado salvadoreño que “repare los daños de éste crimen” cometido hace casi un siglo.
“Queremos decirle al gobierno que no solo les pida perdón, sino que los ayude a levantarse, eso sería algo maravilloso”, manifestó durante el evento Roberto Alvarado, Alcalde Municipal de Izalco.
“Desde hace años venimos luchando para que el estado salvadoreño reconozca la existencia de los pueblos indígenas en el país a través de una reforma constitucional, y también para que se ratifiquen acuerdos internacionales y nuestros derechos sean promovidos y respetados” dijo Betty Pérez, mujer indígena integrante del CCNIS.
“Asimismo que se trabajen políticas públicas del nuevo gobierno para que éstas vengan a resarcir los daños que durante años el sistema capitalista ha venido efectuando contra los pueblos indígenas” agregó.
Todas estas peticiones y otras, fueron hechas durante la ceremonia indígena con el sonido del “ancestral caracol” y la “bendición del fuego sagrado”.
El Procurador Para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Luna, ha expresado su apoyo y solidaridad “con la lucha que han venido emprendiendo las comunidades indígenas en favor de sus legítimos derechos constitucionales”.
“La población indígena en este país es una población fuerte, considerable y por eso es que requiere el apoyo y reconocimiento de sus derechos” asegura Luna.
“78 años después de este genocidio, persisten incrementadas las causas del levantamiento indígena del 32, la historia nos exige recordar y replantear la lucha, y en este contexto complejo que vive El Salvador, se necesitan soluciones también complejas pero prácticas, venidas desde abajo” concluye El Colectivo de Comunicadores y Estudiantes Roque Dalton (CERD), una de las organizaciones participantes de la conmemoración.