Continúa la violencia contra sindicalistas y el Movimiento de Resistencia de Honduras

Continúa en Honduras el retumbar de la violencia y los asesinatos que tienen como blanco a sindicalistas y otros miembros del Frente Nacional de Resistencia, tal como describió la defensora de los derechos humanos Berta Oliva durante una visita a Chicago, antes de recibir, el pasado miércoles 20, el Premio Letelier-Moffitt de Derechos Humanos por parte del Institute for Policy Studies (IPS) en Washington D.C. Oliva recibió el premio en nombre de una coalición de grupos hondureños de derechos humanos que incluye al suyo, el COFADEH (Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras). (El premio debe su nombre al diplomático chileno Orlando Letelier y al miembro del IPS Ronni Karpen Moffitt, asesinados en 1967 por agentes del entonces dictador chileno Augusto Pinochet).
Tan solo durante el último mes, han ocurrido un número considerable de actos de violencia e intimidación: fueron asesinados un sindicalista del sector de seguridad social y un miembro del grupo campesino MUCA; se ordenó el arresto ilegal de 22 empleados de un sindicato universitario; y un periodista de la oposición sobrevivió a un intento de asesinato. Oliva señaló que fueron asesinados o desparecidos 83 miembros de la resistencia desde que el actual presidente Pepe Lobo Sosa asumió el cargo en enero.
Además, el 17 de septiembre, Día Nacional del Maestro, el maestro sindicalista de escuela secundaria y destacado activista de la resistencia, Félix Murillo López, murió en un accidente dado a la fuga, que muchos consideran un asesinato. Era miembro del sindicato COPEMH (Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras).
La Internacional de la Educación, de la que COPEMH es afiliada, describe la situación:
Los miembros de su familia, consternados, informaron a la policía sobre su desaparición pero, dado que sus documentos personales no aparecían, el cuerpo de Murillo permaneció sin ser identificado hasta que transcurrieron 24 horas, cuando su hermano acudió a la morgue. La policía ha iniciado una investigación en base a la sospecha de que el choque pudo haber sido intencional. El presidente del COPEMH, Eulogio Chávez, le dijo a la prensa que Murillo había recibido amenazas como consecuencia de su participación en acciones de protesta a partir el golpe militar en agosto.
En efecto, Murillo participaba activamente de la Resistencia y, como miembro del Comité de Seguridad y Disciplina, ha encabezado manifestaciones en varias oportunidades. Murillo también fue testigo clave del asesinato de su colega Roger Vallejo, quien recibió un disparo en la cabeza durante una violenta represión ejercida por las fuerzas policiales en el mes de julio. En el velatorio de Vallejo, el maestro Martín Florencio Rivera fue asesinado a puñaladas.
También el 17 de septiembre, la presidenta de la Seccional 2 del Sindicato de Trabajadores de la Seguridad Social recibió un disparo cuando volvía a su casa, después de asistir a una reunión en las oficinas centrales del sindicato. “Estaban en medio de negociaciones”, dijo Oliva respecto de la sindicalista de la seguridad social.
El blog Honduras Resiste, valiéndose de informes locales, describe el asesinato:
Juana Bustillo estaba conduciendo un automóvil con otros miembros del sindicato, después de asistir a una reunión en las oficinas del IHSS (Instituto Hondureño de Seguridad Social). Testigos declararon que un hombre armado se acercó a la ventanilla del vehículo y le disparó a la señora Bustillo; luego el hombre entró en un automóvil beige y escapó del lugar.
Juana Bustillo tenía 49 años, trabajó 20 años como enfermera en el sistema hospitalario del IHSS y fue activista del sindicato durante 11 años.
Maestros sindicalistas y personal de escuelas primarias y secundarias han sido los pilares del movimiento de resistencia, y Oliva expresó hace algunas semanas que la represión contra los maestros ha sido especialmente intensa. Dijo: “Está muy difícil para los maestros, y se pondrá peor”. Además agregó que las divisiones entre los distintos sindicatos de maestros del país también hacen que la situación sea más peligrosa.
En septiembre, se emitieron órdenes de arresto para 22 empleados sindicales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), y la policía ocupó el campus por más de una semana.
 
Honduras Resiste describió así la situación:
Encabezan la larga lista los máximos líderes de la organización sindical: René Andino y Marco Antonio Moreno. Ya tuvo lugar la captura del secretario de la sección número uno del sindicato, Crisitian Durón, a pesar de la garantía legal de inmunidad de la que goza gracias a su posición en el sindicato.
También continúa la violencia ejercida contra los periodistas, ya que el 16 de septiembre, hombres armados intentaron asesinar al reportero de Radio Globo Luis Galdámez Álvarez. Radio Globo, una de las estaciones de radio más importantes, fue de las pocas en informar con precisión sobre los hechos que se desarrollaron durante el golpe. El pasado otoño, la radio fue cerrada durante un mes, desde entonces, los periodistas de Radio Globo han sido objeto de hostigamiento y violencia.
El Comité para la Protección de los Periodistas , (CPJ, por su sigla en inglés), informa:
Radio Globo también ha sido blanco de graves ataques y múltiples interrupciones en su transmisión. El 28 de septiembre de 2009, durante el gobierno interino de Roberto Micheletti, se obligó a la estación radial a salir del aire después de que las fuerzas de seguridad allanaran las oficinas y confiscaran equipos. Volvió al aire el 20 de octubre.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos con base en Washington ordenó al gobierno hondureño darle protección a Galdámez en julio de 2009, después de varias amenazas. Las autoridades del país nunca hicieron cumplir la orden, dijo el periodista. “Esas órdenes que provienen de la Comisión Interamericana no significan nada en Honduras”, agregó.
Oliva dijo que los líderes de derechos humanos consideran que es crucial para las personas que se encuentran fuera del país –funcionarios electos e incluso ciudadanos comunes – contactarse con funcionarios hondureños para que expresen que ellos son conscientes de la represión y la violencia continuas, y a ellas se oponen. “Esta es una dictadura del silencio”, dijo Oliva. “El gobierno ha convencido a la comunidad internacional de que todo está en orden. Es una cuestión de lenguaje. Orden no significa normalidad”.
Oliva, líder del grupo de derechos humanos hondureño COFADEH, señaló que la “comisión de la verdad”, auspiciada por el actual gobierno – y las Naciones Unidas –, es una afrenta y, en realidad, representa un peligro para el amplio y diverso movimiento de resistencia, dado que legitima a actores del gobierno que, según líderes de derechos humanos, están detrás de una campaña coordinada de asesinatos y represión vigente desde el comienzo del golpe.
El movimiento de resistencia ha lanzado su propia comisión de la verdad, que está investigando ataques constantes a miembros de sindicatos y otras personas, en contraposición al mandato de la comisión oficial de investigar únicamente los sucesos relacionados de manera inmediata con el golpe.
Oliva manifestó que sindicatos internacionales y de los Estados Unidos han expresado solidaridad con sus cohortes hondureños, y que en Honduras se espera seguir contando con ese apoyo incluso ahora que el país ya no está en la pantalla del radar y la mayoría piensa que las cosas han vuelto a la “normalidad”.