La cosecha amarga de Paraguay: El gobierno golpista beneficia a las corporaciones multinacionales

Fernando Lugo

Fuente: Toward Freedom

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En un discurso del 22 de julio para marcar un mes desde el golpe parlamentario que derrocó al izquierdista presidente paraguayo Fernando Lugo, el exdirigente denunció que un interés motivador de los conspiradores fue un acuerdo posterior entre Paraguay y la compañía minera Rio Tinto Alcan basada en Montreal.

“Quienes impulsaron el golpe son los que quieren concretar el negocio con la multinacional Rio Tinto Alcan, traicionando la soberanía energética de nuestro país y los intereses de nuestra nación”, dijo Lugo a sus partidarios.

Una acusación semejante representa el descontento generalizado del pueblo paraguayo ante las actuales negociaciones entre Rio Tinto Alcan (RTA) y el gobierno de Federico Franco, el reemplazo derechista de Lugo.

También se refiere a la estrategia general del gobierno de Franco de abrir Paraguay a la explotación corporativa multinacional, de Rio Tinto Alcan a Monsanto.

El acuerdo con RTA por una planta de aluminio de 4.000 millones de dólares en las riberas del río Paraná había sido retardado por el gobierno de Lugo debido a preocupaciones por el impacto medioambiental de la planta, así como cuánto pagaría la compañía por electricidad de las plantas hidroeléctricas Itaipú y Yaciretá de Paraguay.

Sin embargo, después de asumir el mando, Franco aceleró las negociaciones con RTA y presionó a su nuevo ministro de Industria y Comercio para que prosiguiera rápidamente con el acuerdo. Hubo protestas de la sociedad civil y, como sugieren los comentarios de Lugo sobre el trato con RTA, el tema se ha convertido en un punto unificador para buscar justicia en medio de la crisis política y social en Paraguay posterior al golpe.

Los puntos de vista del ingeniero paraguayo Ricardo Canese reflejan las preocupaciones principales de los ciudadanos que se opnen al acuerdo. En un artículo del instituto paraguayo de investigación social BASE-IS, Canese explicó que el propuesto acuerdo con RTA beneficiaría desproporcionadamente a la compañía porque el gobierno –a través de la tributación del pueblo paraguayo– subvencionaría una cantidad masiva de la energía de RTA durante un período de 30 años.

Canese criticó además el hecho de que los contribuyentes pagarían 700 millones de dólares en infraestructura para permitir que la compañía lleve a cabo sus operaciones en el país. Y mientras RTA promete crear 1.250 puestos de trabajo, la compañía utilizaría cada año la misma cantidad de electricidad que la utilizada por 9,6 millones de personas durante el mismo período.

Por los términos controvertidos que Franco trata de imponer con RTA, Lugo cree que el contrato será interrumpido una vez que un gobierno democrático vuelva al poder. Se han programado las elecciones para abril del próximo año. En una entrevista Lugo dijo: “Dudo mucho de que el pueblo paraguayo respete una licencia semejante que da a una sola compañía el derecho a la electricidad por un precio como el que han estado mencionando. Todo este acuerdo es muy cuestionable”.

Aparte del trabajo de Franco con RTA, su gobierno también ha permitido que Monsanto expanda su presencia en Paraguay. Una acción semejante empeorará la actual crisis en el campo, un área plagada de plantaciones de soya y pesticidas, y donde los terratenientes, un 2%, controla el 80% de la tierra.

Antes del golpe, Lugo y su gobierno se opusieron al uso de las semillas de algodón GM en el campo. Sin embargo, justo después de tomar el poder, el gobierno de Franco despidió a los críticos gubernamentales del plan y siguió adelante para aprobar el uso de las controvertidas semillas en el país.

Estas dos relaciones con corporaciones multinacionales muestran claramente dónde yacen los intereses del gobierno de Franco. También demuestran que, aunque el gobierno de Lugo no cumplió enteramente sus planes de reforma agraria, justicia y expansión de los derechos en Paraguay, el gobierno de Franco, en solo un mes en el poder, ya ha demostrado que es un aliado más cercano de la globalización corporativa.

Cómo el escritor uruguayo Eduardo Galeano dijo en una entrevista sobre el golpe en Paraguay: “El gobierno castigado intentó, tímidamente, algunos cambios destinados a que su país volviera a ser el más independiente y el más justo, pero eso fue un pecado imperdonable para los dueños del poder”.

El nuevo libro de Benjamin Dangl Dancing with Dynamite: Social Movements and States in Latin America (AK Press) trata de movimientos sociales contemporáneos en Latinoamérica y sus relaciones con los nuevos gobiernos izquierdistas de la región. Es editor de TowardFreedom.com, una perspectiva progresista de los eventos mundiales, y de UpsideDownWorld.org, una web sobre activismo y política en Latinoamérica. Contacto: BenDangl@gmail.com